Excelentísimos Ministros y Directores Regionales, excelencias, estimados colegas y amigos: 

La pandemia de COVID-19 ha desestabilizado sociedades, economías y gobiernos.

Ha sido una poderosa demostración de que cuando la salud está en peligro, todo está en peligro, y de que no hay seguridad mundial sin seguridad sanitaria local. 

Por esa razón, la tarea de apoyar a los países para que mejoren la capacidad de preparación y avancen hacia una cobertura sanitaria universal (CSU) basada en la atención primaria de salud es más urgente que nunca. 

A menudo decimos que la CSU y la seguridad sanitaria son dos caras de la misma moneda.

Los sistemas de salud resilientes, basados en una atención primaria de salud sólida, son una primera línea de defensa vital contra los brotes con potencial epidémico y pandémico; pero también son esenciales para promover la salud, prevenir enfermedades transmisibles y no transmisibles y reducir las desigualdades e inequidades. 

En la práctica, eso significa un sistema de salud resiliente que se ha ganado la confianza de las comunidades a las que sirve, está bien preparado, cuenta con recursos adecuados y es lo suficientemente flexible como para absorber el impacto de eventos disruptivos y mantener la prestación de servicios de salud seguros.

Y, por supuesto, significa un personal de salud bien remunerado, capacitado y abastecido.

En el documento de posición que presentamos hoy se articula la visión de la OMS para la recuperación de los sistemas de salud como un elemento central en el desarrollo y recuperación socioeconómicos

Esa visión se basa en las lecciones aprendidas de la COVID-19 y en ella se reconoce la necesidad de mejorar la equidad a lo largo de todos los determinantes sociales y ambientales de la salud. 

La pandemia ha magnificado las divisiones en la sociedad: los más vulnerables han sido los que han sufrido los efectos de manera desproporcionada. 

Llega en un momento en el no podemos seguir ignorando el vínculo directo entre la salud de las poblaciones, el medio ambiente y los sistemas económicos y sociales. 

Los planteamientos fragmentados de financiación, planificación, aplicación y monitoreo de la salud utilizados por los países han perpetuado las carencias críticas que hacen que los sistemas de salud y las poblaciones sean vulnerables a crisis como la de la COVID-19. 

La visión de la OMS consiste en lograr planteamientos coordinados para mejorar la resiliencia de los sistemas de salud con miras a lograr la CSU y la seguridad sanitaria, apoyándose en una base de atención primaria de salud, con la participación favorable de la comunidad y una mayor atención por la equidad. 

Esos planteamientos son esenciales para hacer frente a las desigualdades imperantes y el efecto desproporcionado de las emergencias de salud pública como la COVID-19 en las poblaciones marginadas y vulnerables, incluidas aquellas en contextos frágiles, afectados por conflictos y violentos. 

En el documento de posición se describen someramente siete recomendaciones de política. 

La primera, aprovechar la respuesta actual a la COVID-19 para fortalecer tanto la preparación ante una pandemia como los sistemas de salud. 

La segunda, invertir en funciones esenciales de salud pública, con inclusión de las necesarias para la gestión de riesgos de emergencias ligadas a cualquier tipo de peligro. 

La tercera, construir una base sólida de atención primaria de salud mediante sistemas de salud resilientes con los que alcanzar la CSU, los ODS relacionados con la salud y la seguridad sanitaria. 

La cuarta, invertir en mecanismos institucionalizados para la participación de toda la sociedad. 

La quinta, promover entornos propicios para la investigación, la innovación y el aprendizaje. 

La sexta, aumentar la inversión nacional y mundial en las bases del sistema de salud y la gestión de riesgos de emergencia ligadas a cualquier tipo de peligro. 

Y la séptima, hacer frente a las inequidades presentes antes de la pandemia y el efecto desproporcionado de la COVID-19 en las poblaciones marginadas y vulnerables. 

En el documento de posición se expone cada una de esas recomendaciones de política con más detalle, con medidas para cada una. 

Deseo dar las gracias y felicitar a todos nuestros colegas por su trabajo en el presente documento de posición. 

Espero que todos los Estados Miembros lo lean, lo apliquen y obtengan beneficios.  

Cada crisis es una oportunidad. Aunque la pandemia nos ha quitado mucho, también nos está dando la oportunidad de forjar un nuevo futuro más saludable, seguro y justo. 

Y es que, sobre todo, nos ha enseñado que la salud no es un costo que deba reducirse, sino una inversión que debe favorecerse; no es un lujo, sino la base de la estabilidad social, económica y política. 

Gracias.