Sr. Nickolas Steele, Ministro de Salud, Seguridad Social y Asuntos Internacionales de Granada y Presidente del Comité,
Excelencias, distinguidos colegas y amigos:
Buenos días, Feliz Año Nuevo a todos y bienvenidos de nuevo a Ginebra.
Es un honor para mí dar la bienvenida a muchos de ustedes aquí en persona, y quiero mandar también un saludo a todos los que están asistiendo a la reunión en línea.
Estamos entrando en el tercer año de la pandemia de COVID-19. Hemos logrado extraordinarios progresos contra este nuevo virus, pero aún nos queda un largo camino por recorrer.
Las medidas que adoptemos este año determinarán la rapidez con la que pondremos fin a la fase aguda de esta pandemia, el grado de preparación para futuras emergencias sanitarias y el modo en que planteamos la salud y el bienestar mundiales en el futuro.
La enfermedad se ha cobrado la vida de más de cinco millones de personas, pero ha tenido repercusiones mucho mayores sobre la salud física y mental, los medios de subsistencia y las vidas de muchas personas.
Estos son los retos a los que se enfrentan los Estados Miembros.
Estos son los retos que todo el personal de la OMS se esfuerza por superar cada día.
Y estos son los retos en los que se ha basado el Presupuesto por programas que vamos a examinar.
Como saben, nuestro Presupuesto por programas para el bienio 2020-2021 se fijó inicialmente en US$ 5800 millones. Sin embargo, hemos implementado un presupuesto significativamente superior, habida cuenta de los llamamientos y las operaciones de emergencia adicionales que se ha necesitado para actuar frente a la pandemia en curso.
Al mismo tiempo, en el contexto de esta emergencia mundial sin precedentes, hemos seguido ayudando a los países para que hagan frente a numerosas cuestiones que les afectan en el ámbito de la salud.
Por ejemplo, ha sido necesario responder a otras emergencias, elaborar orientaciones normativas sobre enfermedades transmisibles y no transmisibles, reforzar los sistemas de salud, vacunar y actuar en la esfera de los determinantes de la salud, entre otras muchas actividades.
En suma: a pesar de la dimensión y el impacto sin precedentes que ha tenido esta operación de emergencia, hemos logrado la mayor parte de las cosas que nos propusimos alcanzar.
Todo eso no hubiera sido posible sin los recursos que han proporcionado ustedes, nuestros Estados Miembros y nuestros otros donantes, ni tampoco sin los increíbles esfuerzos realizados por nuestro personal en todo el mundo.
En el próximo ciclo presupuestario, nuestra intención es añadir un incremento de US$ 480 millones.
Esta cifra se distribuye así: alrededor de US$ 430 millones para reforzar el Programa de Emergencias Sanitarias de la Organización y US$ 50 millones para nuestras actividades en curso de prevención y respuesta contra la explotación, el abuso y el acoso sexuales.
Nuestra prioridad en los próximos años es garantizar que se dediquen más recursos para lograr impacto en los países, lo cual constituye el núcleo de todas nuestras actividades.
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Por supuesto, para cumplir las prioridades establecidas en este Presupuesto por programas y en el Programa General de Trabajo necesitamos recibir una financiación cualitativa y cuantitativamente adecuada.
El Grupo Independiente de Preparación y Respuesta frente a las Pandemias, el Comité de Examen del Reglamento Sanitario Internacional y el Comité Independiente de Asesoramiento y Supervisión para el Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS han reconocido en sus informes que el modo en que se financia nuestra Organización no es sostenible y debe cambiar.
Al mismo tiempo, es evidente que los Estados Miembros también se toman muy en serio la cuestión de la financiación flexible, previsible y sostenible.
Los Estados Miembros son conscientes de que el actual modelo de financiación compromete la calidad del trabajo técnico y científico que podemos realizar, entorpece nuestra capacidad de planificación a largo plazo y desestabiliza a nuestro personal.
No cabe duda de que nuestros expertos preferirían estar prestando apoyo a los países, elaborando orientaciones y encauzando de nuevo al mundo hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pero se ven obligados a dedicar una parte importante de su tiempo a recaudar fondos y a gestionar las contribuciones.
Como saben ustedes, el Grupo de Trabajo de los Estados Miembros sobre la Financiación Sostenible ha preparado su informe para el Consejo Ejecutivo de la OMS.
Deseo agradecer la arduo labor del Grupo de Trabajo y de su Presidente, el Sr. Björn Kümmel, así como el informe que han presentado.
Muchos Estados Miembros respaldaron firmemente la recomendación principal formulada en el proyecto de informe del Grupo de Trabajo de aumentar las contribuciones señaladas para que, del nivel actual inferior al 20% del presupuesto básico de la Organización, pase a sufragar al menos el 50% de ese presupuesto para 2028-2029.
Aunque el Grupo de Trabajo no alcanzó un consenso en su informe, nos congratulamos de que haya incluido el objetivo del 50% como opción que se debe tener en cuenta.
Esperamos que el Comité y el Consejo Ejecutivo estén de acuerdo con esa idea. Como he dicho anteriormente: si no lo hacemos ahora, ¿cuándo lo haremos?
Los Estados Miembros han pedido también que se aumente la transparencia y la supervisión del presupuesto y del proceso de fijación de prioridades; además, han solicitado que los procesos presupuestarios se vinculen más con la gobernanza, una propuesta con la que estamos de acuerdo.
La Secretaría es consciente de todo ello y es importante contar con una financiación más sostenible para conseguirlo, ya que nos permitirá invertir en mejorar la rendición de cuentas y la supervisión a largo plazo.
Si se aplica un aumento gradual hasta alcanzar el 50% del presupuesto básico para el bienio 2028-2029, las contribuciones señaladas a la OMS se incrementarán en 600 millones de dólares entre 2024 y 2028.
Ello dará lugar a un enorme rendimiento sobre la inversión para todos los Estados Miembros. Gracias a la mejora de la calidad de la financiación y al efecto multiplicador, los beneficios superarán con creces la cifra gastada.
La reforma y el fortalecimiento del proceso de financiación de la OMS nos conferirán la estabilidad que necesitamos para desarrollar nuestros programas y nuestra rendición de cuentas con la fiabilidad, la eficacia y la calidad que nos exigen los Estados Miembros.
Una OMS fuerte significa mejor protección para todos.
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Excelencias, señoras y señores:
Como saben, otro de los temas principales del orden del día de esta semana es la prevención de la explotación, el abuso y el acoso sexuales.
Tanto los Directores Regionales como yo mismo hemos sido claros al respecto: tenemos una política de tolerancia cero frente a la explotación, el abuso y el acoso sexuales y frente a la inacción en torno a este tema.
La explotación, el abuso y el acoso sexuales socavan la dignidad humana, son contrarios a la misión de la OMS y traicionan a las comunidades a las que nos comprometemos a servir.
Debemos hacer todo lo que esté en nuestras manos para prevenir todas las formas de explotación, abuso y acoso sexual.
Ante este tipo de comportamientos, nos comprometemos a responder con protocolos y acciones rápidas, justas y claramente definidas.
No hay excusa para no actuar.
Tras las denuncias de explotación y abuso sexuales durante la respuesta al ébola en la República Democrática del Congo recibidas el pasado año, pusimos en marcha una comisión independiente que contrató a un investigador externo. Es la primera vez que se actúa de este modo en las Naciones Unidas y esperamos que este ejemplo se siga en el futuro.
Si tomamos estas medidas es porque queríamos ser transparentes, prepararnos para someternos a una evaluación externa y hacer las cosas de un modo distinto al habitual.
Después de todo, no tiene sentido hacer lo mismo una y otra vez y pensar que se obtendrá un resultado distinto.
Por consiguiente, decidimos adoptar otras medidas, que menciono a continuación.
Hemos adoptado una nueva política de prevención y lucha contra las conductas; hemos establecido un grupo de trabajo sobre este tema que abarca toda la Organización, dirigido por un director a tiempo completo, que me presentará informes directamente; y hemos dado seguimiento a las conclusiones de la Comisión Independiente.
En las dos semanas posteriores a la publicación del informe de la Comisión consultamos a las partes interesadas, tanto internas como externas, y elaboramos un Plan de Respuesta de la Administración unificado que incorporó las recomendaciones de la Comisión y del Consejo Ejecutivo.
Además, enviamos el proyecto de Plan a los Directores Regionales, los Directores Generales Adjuntos y todos los directores, incluidos los de nuestras oficinas nacionales, para que formularan observaciones al texto y para aumentar su aceptación.
El Plan de Respuesta de la Administración define las prioridades a corto y medio plazo en tres áreas, que se deberán cumplir durante 2022:
En primer lugar, reorientar la labor de la OMS para adoptar un enfoque centrado en las víctimas y los supervivientes;
En segundo lugar, garantizar que el personal de la OMS dispone de la capacidad necesaria y rinde cuentas; en ese sentido, se hará hincapié en la rendición de cuentas por los supervisores y el personal directivo.
Y, en tercer lugar, reformar nuestro sistema de valores, nuestras estructuras y nuestros sistemas.
En estos momentos estamos ejecutando las 120 actividades previstas en el Plan.
Sin embargo, aún queda mucho por hacer. El cambio que necesitamos hacer requerirá tiempo, recursos y la acción combinada de toda la Organización.
Permítanme mencionar nuestros logros hasta ahora:
En primer lugar, hemos entregado a los servicios de investigación de las Naciones Unidas todos los expedientes que la Comisión Independiente puso a nuestra disposición, a fin de que se completen las investigaciones sobre la explotación y el abuso sexuales y sobre las acusaciones de mala praxis de nuestros directivos.
En segundo lugar, hemos puesto en marcha, bajo la supervisión del Comité Consultivo de Expertos Independientes en materia de Supervisión, una auditoría y un examen de nuestras funciones de rendición de cuentas para determinar el modo en que hemos actuado en el pasado ante los casos de explotación, abuso y acoso sexuales.
En tercer lugar, estamos elaborando un marco normativo general que armoniza la política de la OMS con los sistemas humanitarios y de las Naciones Unidas, así como con las exigencias de los donantes y los Estados Miembros.
Mientras tanto, hemos publicado una nueva directiva sobre la protección contra la explotación, el abuso y el acoso sexuales y hemos aclarado aspectos poco definidos nuestra directiva para que se interprete correctamente.
En cuarto lugar, he determinado las principales capacidades básicas necesarias para las actividades de prevención y respuesta contra la explotación, el abuso y el acoso sexuales en toda la Organización.
Para obtener dichas capacidades, he establecido un departamento específico en el seno de mi oficina que se ocupa de este tema, he creado 12 puestos de trabajo a tiempo completo en países prioritarios donde hay emergencias en curso y nombraré a seis coordinadores regionales.
Otra medida que he adoptado es la designación de un Jefe de Investigaciones interino, que está trabajando para reducir el número de casos de explotación, abuso y acoso sexuales pendientes de investigar y para mejorar nuestra acción frente a posibles incidentes futuros.
Asimismo, hemos simplificado el uso de nuestra línea directa para la protección de la integridad y hemos aumentado la capacidad del personal especializado en investigaciones.
Ahora, estamos utilizando la base de datos ClearCheck en nuestros procesos de selección de personal para filtrar a los candidatos y hemos puesto en marcha un proceso de comprobación de los antecedentes del personal actual de la OMS.
Otra cuestión que no hemos olvidado es la integración de estas medidas con nuestra iniciativa de transformación, nuestras políticas encaminadas a garantizar el respeto en el lugar de trabajo y las actividades que desarrollamos para aumentar la diversidad, la equidad y la inclusión entre nuestro personal.
Como pueden ver, estamos realizando esfuerzos de gran alcance y envergadura. Esta cuestión reviste gran importancia para nosotros y, por esa razón, solicitamos US$ 50 millones más para el Presupuesto por programas.
La mayor parte de estos fondos se destinarán a las actividades en los países y a la creación de capacidad regional y mundial, de modo que todos nuestros programas en la comunidad y nuestras actividades de respuesta a las emergencias cumplan con los protocolos relativos a la explotación, el abuso y el acoso sexuales.
Aunque estamos intensificando las actividades de prevención, como la investigación de los antecedentes de todo nuestro personal, la obligatoriedad de realizar cursos de reciclaje y la realización de actividades de evaluación y mitigación de riesgos de explotación y abuso sexuales, no debemos olvidar este tipo de conductas incorrectas que pueden producirse en cualquier lugar.
Por lo tanto, es imprescindible que pongamos en marcha un sistema que las víctimas y los supervivientes puedan utilizar con seguridad.
Nuestra intención fue la de ofrecer a las víctimas más apoyo que el que les proporciona el sistema de las Naciones Unidas. Nos dimos cuenta de que este no era suficiente, así que añadimos una ayuda para subsistencia que se ofrecerá a cada una de las víctimas.
Por otro lado, la OMS ha proporcionado financiación al UNFPA para que todas las víctimas y supervivientes identificados por la Comisión Independiente que ha estudiado los casos registrados en la República Democrática del Congo reciban una atención integral, con independencia de la filiación de los presuntos autores.
Esta ayuda servirá para prestar servicios médicos, psicosociales, jurídicos y socioeconómicos, gracias a la financiación brindada por el fondo de la OMS de asistencia a las víctimas que establecí el pasado año con ese fin.
Se han elaborado instrumentos para evaluar los riesgos de explotación y abuso sexuales, que estamos integrando en nuestro marco interno de conformidad y que se empezarán a aplicar experimentalmente durante el próximo trimestre.
Este año daremos prioridad a la participación activa, la capacitación y la rendición de cuentas de todo nuestro personal, con independencia de su tipo de contrato, e incluiremos también en dicha prioridad a nuestros asociados en la ejecución.
Además, pondremos en marcha la campaña «No hay excusas» y exigiremos a todo nuestro personal que refrende una carta enviada por mí y por los Directores Regionales en la que se explicarán claramente la responsabilidades y las obligaciones en materia de rendición de cuentas de los Directores Regionales, los directores, la dirección general, todos los jefes de las oficinas en los países y yo mismo.
En mi informe al Consejo Ejecutivo, explico con más detalle nuestras iniciativas y todo lo que nos queda por hacer.
Gracias de nuevo por su compromiso y su apoyo.
Esperamos recibir sus preguntas, sus observaciones y sus orientaciones, que nos ayudarán a trazar el camino que tenemos por delante.
Les doy mi palabra de que estoy más comprometido que nunca a trabajar con ustedes para promover la salud, preservar la seguridad mundial y servir a las poblaciones vulnerables.
Muchas gracias. Señor Presidente, le devuelvo la palabra.