Profesor Jeffrey Sachs,

Dra. Jessamy Bagenal,

Estimados colegas y amigos,

Gracias por brindarme la oportunidad de compartir con ustedes algunas reflexiones sobre el informe final de la Comisión de The Lancet sobre la COVID-19.

Quiero dar las gracias por su trabajo al profesor Sachs, a los miembros de la Comisión, a los grupos de trabajo y a la secretaría de la Comisión, que alberga la Universidad de Columbia.

Estoy igualmente agradecido a The Lancet, a la Dra. Bagenal y a mi amigo Richard por haber puesto en marcha esta Comisión.

Hace casi cinco años pronuncié por invitación suya uno de mis primeros discursos importantes como Director General en la Universidad de Columbia, en Nueva York.

El tema que elegí ese día fue la amenaza que representaban las pandemias. Dije entonces que, un siglo después de la pandemia de gripe ocurrida en 2018, en cualquier momento podría desencadenarse una epidemia devastadora en algún país y matar a millones de personas, porque el mundo no está preparado para ello.

La pandemia de COVID-19 ha demostrado que, efectivamente, el mundo no estaba preparado. 

Queremos agradecer la labor realizada por la Comisión y acogemos con agrado sus principales recomendaciones, en las que se pide:

coordinación mundial para detener la pandemia;

la continuación de los estudios encaminados a conocer sus orígenes;

un nuevo acuerdo sobre pandemias y el fortalecimiento del Reglamento Sanitario Internacional;

la mejora de la vigilancia;

más investigación, desarrollo y producción local de contramedidas;

el fortalecimiento de los sistemas de salud y su fundamento en la sanidad pública y la cobertura sanitaria universal;

la mejora de los planes nacionales de preparación frente a las pandemias;

el incremento de la financiación para la preparación frente a las pandemias; y

el fortalecimiento de la OMS y una mayor sostenibilidad de su financiación.

Asimismo, agradecemos que la Comisión nos alerte acerca del establecimiento de nuevos centros mundiales sobre políticas y financiación de la atención de salud que pueden competir con la función central que desempeña la OMS, o incluso socavarla.

Con todo, Jeff, queremos señalar que nos preocupan mucho varias cuestiones que no se mencionan en el informe y algunos errores que contiene con respecto a la labor realizada por la OMS.

A este respecto, enviaremos a la Comisión una respuesta por escrito.

Hoy prefiero no referirme a dichas cuestiones y centrarme en cambio en las recomendaciones que formula la Comisión y en el modo en que pueden ayudarnos a trabajar juntos para que el mundo sea más seguro en el futuro.

Las recomendaciones de la Comisión coinciden en gran medida con las de otros estudios efectuados en los últimos dos años, incluidos los encargados por la OMS.

Estas evaluaciones han dado lugar a más de 300 recomendaciones, que la OMS ha recopilado en una tabla publicada en internet.

Sobre la base de estas revisiones y recomendaciones, y a petición de nuestros Estados Miembros, la OMS publicó a principios de este año un libro blanco que contiene 10 propuestas básicas para establecer una arquitectura más sólida de preparación y respuesta frente a las emergencias sanitarias.

Las propuestas incluyen medidas para reforzar la gobernanza, mejorar la financiación, fortalecer los sistemas y las herramientas y reforzar la OMS, como parte de un nuevo acuerdo sobre pandemias.

La mayor parte de estas propuestas reflejan las recomendaciones de la Comisión de The Lancet, y la mayoría ya se están poniendo en práctica.

Desde hace meses, los Estados Miembros de la OMS negocian un nuevo instrumento internacional y también están debatiendo propuestas de modificación del Reglamento Sanitario Internacional.

Precisamente la semana pasada se creó en el Banco Mundial un nuevo fondo de intermediación financiera para la prevención, la preparación y la respuesta a las pandemias, con el fin de brindar financiación catalizadora para cubrir deficiencias, bajo la dirección técnica de la OMS.

Para reforzar la vigilancia mundial, el año pasado pusimos en marcha en Berlín el Centro de Información de la OMS sobre Pandemias y Epidemias.

A fin de potenciar la fabricación local de vacunas, establecimos también el Centro de transferencia de tecnología de ARNm en Sudáfrica, que está compartiendo tecnología con 15 países receptores.

Para facilitar el intercambio de muestras biológicas, hemos establecido el BioHub de la OMS en Suiza.

Asimismo, convocamos el Grupo Consultivo Científico Internacional sobre los Orígenes de Nuevos Patógenos, que sirve de marco para estudiar la aparición de nuevos virus.

Y, para ayudar a mejorar la preparación nacional y la confianza entre las naciones, diseñamos el Examen Universal de la Salud y la Preparación, un nuevo mecanismo de revisión por pares que actualmente se está poniendo a prueba en cuatro países.

Contamos con el apoyo de la Comisión de The Lancet para todas estas iniciativas, que guardan estrecha relación con sus recomendaciones.

Concretamente, le pedimos que preste su apoyo y su difusión para que la negociación concluya con un acuerdo sólido y jurídicamente vinculante sobre las pandemias que sirva a los intereses de todos los países y personas.

En un momento en que el mundo se recupera de la COVID-19 y reconstruye sus sistemas, le pedimos también a la Comisión de The Lancet que explique la importancia capital de la atención de salud para el desarrollo, en particular para la cobertura sanitaria universal, y la necesidad de basarla en una atención primaria sólida.

No cabe duda de que la experiencia de la pandemia ha sido muy dolorosa para todos y que el mayor fracaso sería no aprender de ella.

La OMS seguirá escuchando a nuestros Estados Miembros y nuestros asociados, aprendiendo de ellos y trabajando con ellos para reforzar los sistemas mundiales de defensa contra las epidemias y las pandemias para que, dentro de un siglo, nadie pueda decir que el mundo no está preparado.

Muchas gracias.