Descripción de la situación
Entre el 4 de noviembre y el 14 de febrero de 2020, el sistema nacional de vigilancia permitió detectar ocho casos de fiebre amarilla en Buliisa (3), Maracha (1) y Moyo (4). Cuatro de los enfermos fallecieron (índice de letalidad: 50%).
El 10 de diciembre de 2019, el Laboratorio Regional de Referencia del Instituto de Investigaciones Virológicas de Uganda (IIVU) notificó al Ministerio de Salud un caso de fiebre amarilla confirmado mediante reacción en cadena de la polimerasa con retrotranscriptasa (RT-PCR). El caso, un varón de 37 años del cual se sospechó que padecía fiebre hemorrágica vírica, se dedicaba a la ganadería y había estado viajando entre Kizikya, en el distrito de Buliisa (Uganda), y la República Democrática del Congo para comerciar con leche. El 30 de octubre de 2019, tras cinco días con fiebre y dolor de cabeza, acudió al hospital. Ya ingresado, su estado de salud se agravó (vómitos, dolor abdominal y epistaxis) y falleció el 4 de noviembre. En diciembre se llevó a cabo una investigación minuciosa en la que se recogieron ocho muestras de contactos cercanos, incluidos familiares y vecinos, con el fin de realizar pruebas de detección de la fiebre amarilla. El 22 de enero de 2020, el IIVU notificó al Ministerio de Salud un segundo caso de fiebre amarilla en Buliisa, que se confirmó mediante pruebas serológicas (IgM y PRNT). La persona afectada tenía una ocupación similar al caso inicial y se concluyó que los casos estaban relacionados. Las demás muestras recogidas durante la investigación dieron negativo en las pruebas de detección de la fiebre amarilla.
En el distrito de Moyo, situado en la región del Nilo occidental y fronterizo con Sudán del Sur, se confirmaron otros dos casos. Los enfermos, de 18 y 21 años, se dedicaban al comercio de madera entre Uganda y Sudán del Sur, moviéndose entre ambos países. En ambos, los síntomas debutaron el 3 de enero de 2020. Inicialmente, fueron ingresados en un centro de salud del distrito de Moyo, pero más tarde se los trasladó a un hospital general donde fueron ingresados con fiebre, vómitos, diarrea, cansancio, dolor de cabeza, dolor abdominal y articular, confusión y hemorragias de causa desconocida. Tras agravarse su estado de salud, fallecieron en el hospital el 5 y 6 de enero de 2020. Los resultados de las RT-PCR realizadas por el IIVU confirmaron que habían contraído la fiebre amarilla.
Posteriormente, el distrito de Moyo notificó un segundo grupo de casos de fiebre amarilla en otra localidad, algunos solamente sospechosos. El 22 de enero, cuando se atendió al caso confirmado, de 59 años, este presentaba hemorragias y fiebre sin causa. Falleció al día siguiente. Se le tomó una muestra de sangre, que dio positivo para la fiebre amarilla en una RT-PCR realizada en el IIVU. A principios de enero del mismo año, dos de sus familiares habían fallecido tras presentar síntomas similares.
El 23 de enero de 2020, el Ministro de Salud del Gobierno de Uganda declaró un brote de fiebre amarilla.
Tras este anuncio se confirmaron tres casos más en Buliisa (1), Moyo (1) y Maracha (1), que se están investigando exhaustivamente.
Respuesta de salud pública
Se han enviado equipos nacionales de respuesta rápida a los distritos de Moyo y Buliisa para llevar a cabo nuevas investigaciones y poner en marcha las actividades de lucha contra el brote, entre ellas el refuerzo de la vigilancia y la detección activa de casos en todos los distritos de la región noroccidental, y estudios entomológicos en los distritos afectados de Buliisa y Moyo. Además, se han notificado a Sudán de Sur los casos registrados en el distrito de Moyo. La Oficina Regional de la OMS para África está ayudando a coordinar las investigaciones en la República Democrática del Congo y Sudán del Sur.
El Ministerio de Salud prevé poner en marcha una campaña contra el brote, aprobada por el Grupo Internacional de Coordinación de la Provisión de Vacunas contra la Fiebre Amarilla, en la que se vacunará a unos 1,7 millones de personas con el fin de detener la transmisión y evitar el riesgo inminente de propagación a la parte noroccidental del país, en particular a los distritos de Buliisa, Koboko, Maracha, Moyo y Yumbe. Para conseguir una protección duradera en todo el país, el Ministerio de Salud pedirá que se introduzca la vacuna antiamarílica en el programa de inmunización sistemática de 2021 y que se pongan en marcha campañas preventivas de vacunación masiva a escala nacional.
Evaluación del riesgo por la OMS
La fiebre amarilla es una virosis hemorrágica aguda que transmiten mosquitos infectados y que puede propagarse rápidamente y tener graves consecuencias para la salud pública. En la estrategia EYE (Eliminar las epidemias de fiebre amarilla), Uganda es un país clasificado como de alto riesgo, habida cuenta de los brotes recientes registrados en 2019, 2018, 2016 y 2011. Hay riesgo de que la enfermedad se propague de forma epidémica en el territorio nacional, ya que, según las estimaciones, la inmunidad general de la población es baja (de un 4,2%), y las actividades de vacunación desplegadas para hacer frente a casos anteriores se desarrollaron en distritos focalizados que no se ven afectados por el brote actual.
Debido a que la inmunidad de la población contra la fiebre amarilla en los distritos afectados es muy baja, resulta preocupante que se hayan detectado casos, pues se trata de zonas fronterizas con la República Democrática del Congo y con el Sudán del Sur, países con los que hay una interconexión elevada y entre los que los movimientos de población son frecuentes. En las zonas transfronterizas, la baja inmunidad de la población a la fiebre amarilla y el hecho de que el bioma forestal no se interrumpa entre países aumentan el riesgo de propagación internacional. Es necesario vigilar de cerca la situación mediante la coordinación activa y el intercambio de información transfronterizos, pues no se puede descartar por completo que aparezcan casos en los países vecinos y que el virus se propague en sus territorios.
Consejos de la OMS
La vacunación es el principal método para prevenir y controlar la fiebre amarilla y proporciona inmunidad vitalicia. En los centros urbanos, las medidas específicas de lucha antivectorial también ayudan a interrumpir la transmisión. Uganda prevé introducir la vacunación antiamarílica en el programa de inmunización sistemática y llevar a cabo actividades preventivas de vacunación masiva para aumentar rápidamente la inmunidad de la población. La pronta planificación y ejecución de esas actividades para proteger a la población ayudará a evitar el riesgo de que se produzcan nuevos brotes en el futuro.
La OMS recomienda vacunar contra la fiebre amarilla a todos los viajeros internacionales de más de nueve meses de edad que se desplacen a Uganda, toda vez que hay pruebas de transmisión persistente o periódica del virus. Las vacunas antiamarílicas son seguras, muy eficaces y confieren una protección vitalicia. Sin embargo, no se recomiendan para los niños de 6 a 8 meses, excepto durante las epidemias, en las que el riesgo de transmisión de los virus causantes puede ser muy alto. Es necesario sopesar detenidamente las ventajas y los riesgos de vacunar a este grupo de edad, y prescribir la vacunación con precaución a las embarazadas y las madres que amamantan. Sin embargo, se puede vacunar a las mujeres embarazadas o en período de lactancia durante las epidemias o si les resulta inevitable viajar a un país o zona con riesgo de transmisión. Uganda también exige, como condición para entrar en el país, un certificado válido de vacunación contra la fiebre amarilla a los viajeros de un año de edad o más.
De conformidad con la tercera edición del Reglamento Sanitario Internacional (2005), el certificado internacional de vacunación contra la fiebre amarilla es válido durante toda la vida, a partir de los 10 días siguientes a la vacunación. Una sola dosis de la vacuna antiamarílica aprobada por la OMS confiere una inmunidad sostenida y una protección vitalicia contra la enfermedad. No es necesario recibir una dosis de refuerzo, ni esta se les exige a los viajeros internacionales como condición para entrar en los países.
La OMS recomienda a sus Estados Miembros que adopten todas las medidas necesarias para informar debidamente a los viajeros de los riesgos y las medidas profilácticas, incluida la vacunación. Como precaución general, la OMS recomienda también evitar las picaduras de mosquitos. El mayor riesgo de transmisión de los virus de la fiebre amarilla se da durante el día y a primera hora de la noche. Además, conviene informar a las personas que vayan a viajar de los signos y síntomas de la enfermedad y aconsejarles que soliciten rápidamente atención médica si presentan esos signos o síntomas. Cuando una persona virémica regresa a su país desde el extranjero, se corre el riesgo de que se instauraren ciclos locales de transmisión en las zonas donde esté presente el vector competente.
A tenor de la información disponible sobre este brote, la OMS no recomienda que se impongan restricciones a los viajes a Uganda o al comercio con este país.