Muchos farmacéuticos de la República Árabe Siria admiten dispensar antibióticos sin pedir receta. Tres licenciados en farmacia decidieron poner en marcha una campaña para informar a sus colegas farmacéuticos de la función que les incumbe para prevenir la aparición de antibiorresistencias.
Hanaya Raad es una farmacéutica siria que se ha consagrado al objetivo de dar mejor a conocer todo lo tocante a las antibiorresistencias en su país natal. Dado que el tema no figuraba en el obsoleto plan de estudios que siguió en la universidad, la Sra. Raad oyó hablar de él por primera vez después de licenciarse, cuando salió a colación en un cursillo práctico para farmacéuticos. Tras oír hablar de esta creciente amenaza, la Sra. Raad y otros dos colegas licenciados, Sarah Safadi y Nour Allahham, decidieron que debían ponerse manos a la obra.
Tras profundizar en el tema y formarse por su cuenta sobre el mejor proceder que pueden adoptar al respecto los farmacéuticos, la Sra. Raad y sus colegas se pusieron en contacto con la Asociación Siria de Farmacéuticos.
"En Siria muchos pacientes no acuden al médico cuando enferman. Para ellos, la primera persona a la que recurrir es el farmacéutico, y a él se dirigen para pedirle antibióticos."
Hanaya Raad, farmacéutica
“Fuimos a ver al director de la Asociación Siria de Farmacéuticos y al responsable del Comité Científico y les expusimos el tema y la problemática que se plantea en Siria,” explica. “En este país se pueden comprar antibióticos en farmacias y centros de salud sin necesidad de receta, y muchos pacientes no acuden al médico cuando enferman. Para ellos, la primera persona a la que recurrir es el farmacéutico, y a él se dirigen para pedirle antibióticos.”
Tras obtener apoyo de la Asociación Siria de Farmacéuticos, la Sra. Raad y sus colegas pudieron iniciar una campaña de sensibilización centrada en los hábitos de prescripción de antibióticos de los farmacéuticos y en el uso indebido de estos medicamentos entre la población, campaña que dio comienzo en Damasco, la capital.
"La campaña iba dirigida esencialmente a los farmacéuticos de Damasco y los alrededores, con la idea de cubrir otras ciudades sirias en el futuro," explica la Sra. Raad. "Llegamos a 413 farmacias, lo que supone aproximadamente la mitad de las farmacias de Damasco."
El material que crearon estos inspirados farmacéuticos fue distribuido no solo en farmacias, sino también en centros de salud y hospitales, gracias al concurso de 19 voluntarios que se desplazaban por Damasco ofreciendo asesoramiento e informando a los farmacéuticos del peligro de dispensar antibióticos sin receta médica. También crearon unas tarjetitas con instrucciones sobre el modo correcto de utilizar antibióticos para que los farmacéuticos las entregaran a los pacientes que comprasen estos medicamentos.
Además, crearon una página de Facebook para llegar al mayor número posible de sirios, pues la inestabilidad reinante hacía difícil cubrir ciertas zonas de la región. Se celebraron igualmente varias conferencias y presentaciones dirigidas a farmacéuticos, estudiantes y gran público.
Los principales mensajes transmitidos gracias al material impreso y a estas actividades insistían en la magnitud del problema que plantea la resistencia a los antibióticos y en la función que incumbe a los farmacéuticos para lograr que los niveles de antibiorresistencia decrezcan en la población siria.
“Era importante que supieran que no pueden entregar antibióticos sin haberse asegurado antes de que el paciente sufra una infección bacteriana, y no vírica,” dice la Sra. Raad.
La campaña tuvo que salvar varios obstáculos en su andadura, en especial las restricciones impuestas a los desplazamientos, la falta de experiencia y la reticencia de los farmacéuticos debido a los problemas económicos y de inseguridad que atraviesa el país.
Sin embargo, pese a todas esas dificultades, la campaña suscitó reacciones muy positivas, especialmente entre las jóvenes generaciones de farmacéuticos.
“Fue un gran logro, porque en Siria nunca ha habido ninguna iniciativa sobre este problema,” afirma la Sra. Raad.
El equipo también utilizó la campaña para efectuar investigaciones preliminares sobre el grado de conocimiento de las antibiorresistencias y las actitudes al respecto en la República Árabe Siria.
“Ya tenemos indicios de que en Siria el problema es grave: no es algo que sencillamente podamos obviar,” dice la Sra. Raad. “Ahora intento colaborar con las universidades londinenses para poner en marcha un verdadero proyecto de investigación sobre el tema y averiguar la magnitud real del problema.”
El año pasado la Sra. Raad cursó estudios de maestría en salud pública en el London Imperial College y ahora trabaja desde Londres, junto con uno de los colegas que iniciaron la campaña, sobre la forma de mejorar la estrategia de la campaña, que este año proseguirá con la fundada esperanza de hacer llegar el mensaje a un número aún mayor de regiones.