Cuando comenzaron los combates en el distrito rural de Chark-Logar, Salim y su familia se vieron obligados a huir de su hogar. Durante el tiroteo, su hermano murió y Salim recibió un disparo en el estómago. Salim tardó dos horas en llegar a un puesto de primeros auxilios. En el proceso, fue separado de su esposa e hijos. Dos días después fue trasladado a un hospital gestionado por Emergency, una ONG italiana especializada en atención traumatológica.
La historia de Salim no es inusual en el Afganistán actual, que se encuentra inmerso en una de las emergencias complejas más prolongadas del mundo. El país hace frente a un conflicto prolongado, a desastres naturales frecuentes y a desplazamientos masivos de población. Complica aún más la situación la gran cantidad de desplazados internos, repatriados y refugiados que se congregan tanto en los centros urbanos como en sus alrededores. Los centros de salud, ya de por sí saturados, a menudo son incapaces de absorber la carga adicional de los recién llegados.
El Ministerio de Salud, con el apoyo del Grupo de Acción Sanitaria dirigido por la OMS, está luchando por reconstruir un sistema de salud muy deteriorado tras años de conflicto. Los desafíos son muchos: infraestructura dañada, falta de prestadores de atención médica capacitados e instalaciones sanitarias con recursos insuficientes. La situación se complica aún más por la falta de seguridad y la pobreza generalizada.
Más de las tres cuartas partes de la población tienen ahora acceso a los servicios de atención primaria de la salud, pero siguen existiendo importantes carencias. La atención traumatológica y la discapacidad relacionada con los traumatismos son uno de los desafíos más graves a los que se enfrenta el Afganistán, y el ya sobrecargado sistema de salud pública no puede resolver el problema por sí solo.
Gran parte de la atención traumatológica en la capital del país (Kabul) es prestada por la ONG italiana Emergency, que proporciona una atención traumatológica especializada que no está disponible en los centros públicos ordinarios. Emergency trabaja en el país desde hace casi dos decenios y ha tratado a más de cinco millones de pacientes; su labor ha sido reconocida por el Ministerio de Salud. El Centro Quirúrgico para Víctimas de Guerra de Emergency en Kabul trata tanto a la población local como a los pacientes que llegan de zonas remotas. Sus servicios son gratuitos.
En 2017, a petición de la OMS y en colaboración con las direcciones de salud provinciales y de distrito, Emergency capacitó a 497 médicos y personal de enfermería procedentes de las provincias en la atención clínica prehospitalaria de traumatismos y víctimas en gran escala. Emergency, que es miembro del Grupo de Acción Sanitaria, financia a su personal internacional y sus operaciones mediante donaciones privadas, con financiación adicional de la OMS, el Fondo Humanitario Común y la Comisión Europea.
A largo plazo, la atención sanitaria de calidad para todos los ciudadanos afganos sólo se logrará mediante una combinación de proyectos específicos orientados a objetivos, ayuda exterior, responsabilidad nacional y tiempo, dijo el Dr. David Lai, Coordinador del Grupo de Acción Sanitaria en el Afganistán. Asimismo añadió que el trabajo que está realizando Emergency es un ejemplo de cómo el país necesita utilizar diversos recursos para reconstruir su sector de la salud.
«La misión del Grupo de Acción Sanitaria es apoyar al Ministerio de Salud Pública para que asuma el liderazgo en la respuesta humanitaria en materia de salud con el fin de prevenir y reducir las enfermedades y muertes relacionadas con las crisis. Proporcionar atención sanitaria a los desplazados por la guerra significa vidas más sanas para millones de personas y convertir la desesperación en esperanza», dijo el Dr. Lai.
A petición de la OMS, Emergency capacitó a 497 médicos y personal de enfermería.
Más información sobre el Conjunto Básico de Servicios de Salud en el Afganistán
En 2001, el Ministerio de Salud Pública del Afganistán heredó un sistema de salud arrasado y algunas de las peores estadísticas sanitarias del mundo. La tasa de mortalidad materna, estimada en 1600 por cada 100000 nacidos vivos, era la más alta jamás registrada (Bartlett et al., 2005). Las tasas de mortalidad de lactantes y niños, que eran de 165 y 257 por cada 1000 nacidos vivos, respectivamente, ocupaban el cuarto lugar entre las más altas del mundo en 2002. Y el acceso a los servicios de salud, definido como vivir a menos de una hora a pie de un centro de salud, se limitaba en 2001 a menos del 10% de la población (Ministerio de Salud Pública, 2008). El sistema de salud se reconstruyó sobre la base del Conjunto Básico de Servicios de Salud.
El Ministerio de Salud Pública y diversos asociados elaboraron en 2003 y 2004 un conjunto básico completo de servicios de salud (BPHS) y un paquete de servicios hospitalarios esenciales (EPHS) y, actualmente, se están prestando servicios de salud mediante un mecanismo innovador de contratación externa por ONG (inter)nacionales y, en determinadas provincias, a través del propio Ministerio de Salud Pública.
Gracias a ese plan en materia de salud pública dirigido por el Ministerio y al fuerte apoyo recibido de asociados para el desarrollo (en cooperación bi- y multilateral), se han conseguido importantes avances en circunstancias difíciles y los indicadores sanitarios y la prestación de servicios han mejorado notablemente. El número de instalaciones y trabajadores sanitarios ha aumentado considerablemente, y la cobertura de BPHS/EPHS (sistema de salud pública) supera actualmente el 60% a una hora de distancia caminando.
Aunque ha mejorado la situación sanitaria, muchos indicadores siguen siendo extremadamente preocupantes y la calidad y cobertura de los servicios de salud necesita ampliarse, en particular la atención hospitalaria y traumatológica. Para ello será necesario mantener y aumentar la financiación en materia de salud.