¿Sabe si podría estar infectado por los virus de la hepatitis B o C? ¿Qué supondría esto para su salud?
La cifra es abrumadora: el 95% de las personas infectadas por los virus de la hepatitis B o C no son conscientes de ello. Uno de los motivos es que es posible vivir durante muchos años sin presentar ningún síntoma y cuando las personas infectadas descubren que padecen hepatitis suele ser demasiado tarde para que el tratamiento sea totalmente eficaz. Para entonces, las lesiones hepáticas pueden desembocar en cirrosis o cáncer hepático.
Para ayudar a los países a establecer programas nacionales de detección y tratamiento de las hepatitis y para animar a más personas en todo el mundo a que se hagan las pruebas, la OMS lanzará en breve unas nuevas directrices sobre la realización de pruebas para las hepatitis B y C.
Con el fin de mostrar cómo estas directrices podrían plasmarse en una actuación real sobre el terreno, la OMS y su asociada, la organización Social Entrepreneurship for Sexual Health (SeSH), convocaron recientemente un concurso para encontrar ejemplos reales de medios innovadores para llegar a diferentes poblaciones de diversos países y entornos y realizar pruebas de detección de las hepatitis.
El concurso de la innovación #HepTestContest recibió 64 solicitudes de participación procedentes de 27 países. Entre estas, el proyecto seleccionó las 20 mejores iniciativas para la realización de pruebas de hepatitis, que finalmente se redujeron a 5 finalistas.
Iniciativas muy diversas
Entre las iniciativas, además de campañas nacionales de detección, también se incluye la realización de pruebas en prisiones, en el lugar de trabajo y en los servicios de urgencias de los hospitales, la realización de pruebas conjuntas de VIH y hepatitis, así como el uso de Internet, los medios sociales y las historias clínicas electrónicas para identificar a los pacientes de alto riesgo y realizarles las pruebas en la atención primaria.
«Necesitábamos ejemplos de innovaciones y prácticas óptimas que pudieran servir de guía e inspiración a otras personas», declaró Philippa Easterbrook, del Programa Mundial contra las Hepatitis de la OMS, que ha codirigido el proyecto. «Desde pruebas en las prisiones australianas hasta el uso de un dispositivo de autoevaluación del riesgo por Internet en los Países Bajos, pasando por campos de detección comunitarios para consumidores de drogas en la India y la realización de pruebas en atención primaria en Mongolia, hemos aprendido mucho sobre cómo sensibilizar al público sobre esta enfermedad oculta y cómo mejorar las tasas de detección y poner al alcance de las personas infectadas el tratamiento y los cuidados necesarios».
En Manipur, un pequeño estado del nordeste de la India, se estima que entre el 92 y el 98% de los consumidores de drogas tienen hepatitis C. Aunque allí las pruebas de detección del VIH son gratuitas, las de la hepatitis no lo son. Además, los conocimientos sobre el virus son escasos, y los tratamientos, caros.
La campaña la llevó a cabo una organización de red comunitaria, la Community Network for Empowerment (CoNE). «Durante un mes organizamos sesiones de sensibilización y animamos a las personas a hacerse las pruebas de forma gratuita y voluntaria. De las 1011 pruebas realizadas, poco menos de la mitad dieron un resultado positivo para la hepatitis C. Tras las pruebas les asesoramos y también les pudimos ofrecer tratamiento», explicó Rajkumar Nalinikanta, presidente de la organización.
Participación de la comunidad y alianzas estratégicas
Una de las características esenciales de esta iniciativa fue el gran apoyo y participación de la comunidad, así como las alianzas estratégicas que permitieron conseguir descuentos en el precio de los tratamientos. «El hecho de reunir a las compañías farmacéuticas, el gobierno, las organizaciones de investigación y las comunidades nos permitió negociar una reducción de precio para que los tratamientos para la hepatitis fueran más asequibles», concluyó la Dra. Easterbrook.

A miles de kilómetros, en los Países Bajos, se llevó a cabo otra campaña en la que se utilizó una evaluación del riesgo por Internet para llegar a poblaciones de personas infectadas por el virus de la hepatitis C difíciles de identificar y a las que cuesta acceder.
«Utilizamos los medios sociales y la Web para atraer a personas que podrían estar en riesgo para que realizaran una autoevaluación en uno de los 7 idiomas disponibles. El anonimato que ofrece Internet fue de gran ayuda», señaló Janke Schinkel, del Servicio de Salud Pública de Ámsterdam. «Esta iniciativa se completó con campañas de comunicación creativas y de gran difusión que nos permitieron llegar a una muestra representativa de la sociedad holandesa».
«El concurso sirvió para exponer un amplio abanico de posibilidades y demostró que si podemos desarrollar iniciativas para la realización de pruebas que se adapten a los diversos contextos y culturas, podremos aumentar la detección eficaz de las hepatitis en un mayor número de países y comunidades», concluyó la Dra. Easterbrook.
Estas son dos de las cinco iniciativas finalistas que fueron seleccionadas por un grupo de expertos compuesto, entre otros, por representantes de la OMS, de la World Hepatitis Alliance y de Médicos sin Fronteras, que examinaron los distintos modelos y los evaluaron en términos de innovación, eficacia y viabilidad a largo plazo.