Campaña de vacunación colectiva contra la fiebre amarilla para proteger a millones de personas en Angola y la República Democrática del Congo

16 de agosto de 2016

Esta semana arrancará en Angola y la República Democrática del Congo una de las campañas de vacunación de emergencia más amplias jamás organizadas como parte de las actividades de la OMS y sus asociados para contener un brote de fiebre amarilla que ya ha segado la vida de más de 400 personas y ha afectado a la salud de miles.

OMS/E. Soteras Jalil

En colaboración con los Ministerios de Salud de los dos países, la OMS coordina a 56 asociados mundiales para vacunar a más de 14 millones de personas contra la fiebre amarilla en más de 8000 ubicaciones. El brote de fiebre amarilla se ha propagado por zonas urbanas densamente pobladas y regiones fronterizas inaccesibles, lo que ha complicado especialmente la planificación de la campaña de vacunación.

Las campañas de vacunación de emergencia contra la fiebre amarilla ya han llegado a más de 13 millones de personas en Angola y más de 3 millones en la República Democrática del Congo. Estas campañas han sido cruciales para contener la propagación del brote.

Dado que algunas zonas todavía se consideran de alto riesgo se han previsto campañas de vacunación preventiva en Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo, y a lo largo de la frontera del país con Angola, de 2646 km de longitud. Las campañas tienen por objeto proteger a la población que se considera expuesta a un riesgo elevado de infección e impedir la posible propagación y expansión del brote actual.

Kinshasa tiene más de 10 millones de habitantes y solo 2 millones están vacunados contra la fiebre amarilla. Con la transmisión local del virus y la baja inmunidad entre la población existe la posibilidad de que este brote mortal se propague a otras zonas urbanas.

Proteger a tantas personas como sea posible

Debido a que las existencias de la vacuna son limitadas y a que el proceso de fabricación dura seis meses como mínimo, la OMS ha venido colaborando con los Ministerios de Salud para planificar la campaña de vacunación colectiva en la que se utiliza una quinta parte de la dosis vacunal normal como medida de emergencia a corto plazo para llegar al mayor número posible de personas.

Este procedimiento, conocido como el método de las dosis parciales, se aplica por recomendación del Grupo de Expertos de la OMS en Asesoramiento Estratégico en materia de inmunización (SAGE) después de que examinara los datos que demostraban que con dosis más reducidas se protegía a la población contra la enfermedad de forma segura y eficaz durante al menos 12 meses y probablemente durante mucho más tiempo. Las dosis parciales no permiten realizar viajes internacionales, pero protegen contra la fiebre amarilla durante este brote y contribuirán a contener su propagación.

«El objetivo principal de esta estrategia es proteger al mayor número posible de personas. Puesto que las existencias son limitadas necesitamos utilizar las vacunas disponibles con sumo cuidado», señala William Perea, Coordinador de la Unidad de Control de Enfermedades Epidémicas de la OMS.

Los entresijos de la campaña de vacunación colectiva

La OMS y sus asociados, en particular Médicos sin Fronteras (MSF), la Federación Internacional de la Cruz Roja (IFRC) y el UNICEF, han colaborado de forma estrecha en la compleja planificación y logística necesarias para la campaña.

La Alianza Gavi para las Vacunas ya ha posibilitado que los dos países accedan a casi 19 millones de dosis de la vacuna desde enero y proporciona asimismo un firme apoyo a las futuras campañas. Otros asociados que aportan conocimientos especializados y apoyo son Save the Children y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos.

Por lo general, planificar una campaña de vacunación colectiva puede llevar de 3 a 6 meses. Sin embargo, la actual campaña de emergencia debe ejecutarse lo antes posible para poner fin a la transmisión antes de que comience la estación lluviosa en septiembre.

«Para vacunar a cerca de 8 millones de personas en Kinshasa en tan poco tiempo, cada equipo tendrá que vacunar a cientos de personas cada día», señala Perea.

Para la campaña se necesitan aproximadamente 17,3 millones de jeringuillas y 41 000 agentes de salud y voluntarios. Se utilizarán más de 500 vehículos para transportar a los equipos y los suministros, que se repartirán por más de 8000 puntos de vacunación en Kinshasa y a lo largo de la frontera entre Angola y la República Democrática del Congo.

Suministros esenciales en cifras

La campaña de administración de dosis parciales en Kinshasa dependía de la disponibilidad de vacunas donadas por el Gobierno del Brasil y fabricadas por el Instituto de Tecnología de Productos Inmunobiológicos (Bio-Manguinhos). Para la campaña se requería también la compra y expedición de 10 millones de jeringuillas especiales de 0,1 ml para asegurarse de que en cada vacunación se utiliza la cantidad adecuada.

«La cantidad de jeringuillas necesarias no estaba disponible en el mercado, así que tuvimos que encargar especialmente su fabricación», comenta Guillaume Queyras, responsable de Apoyo a las Operaciones y Logística en la OMS. «La entrega de las jeringuillas tarda por lo general más de dos meses. Dada la urgencia de la situación, los fabricantes colaboraron con nosotros para acelerar la producción y entregar las jeringuillas puntualmente en el país».

Los 17,3 millones de jeringuillas – equivalentes en volumen a 700 metros cúbicos o a 17 contenedores de 40 pies – se transportaron por vía aérea a la República Democrática del Congo. Una vez llegadas las vacunas y las jeringuillas al país, el cargamento tuvo que pasar por la aduana, un trámite que normalmente tarda varias semanas. La OMS ha colaborado estrechamente con el Gobierno de la República Democrática del Congo para tratar de agilizar el proceso.

Refrigeración de las vacunas

En el trayecto desde el fabricante a la persona que va a vacunarse, la vacuna debe almacenarse y transportarse a temperatura adecuada -entre 2 y 8 grados centígrados- para mantener su potencia. Dada la falta de un suministro fiable de electricidad y combustible para los generadores en grandes extensiones del país, la refrigeración es un gran problema. Solo para esta campaña se necesitan 115 000 bolsas de hielo para mantener refrigeradas las vacunas y que puedan utilizarse.

Formación

La OMS ha elaborado orientaciones y materiales que se están utilizando para formar a miles de agentes de salud y voluntarios antes de iniciarse la campaña. Los agentes de salud de Kinshasa necesitan formación específica sobre la administración de dosis parciales de vacunas.

Colaboración de las comunidades

En las semanas inmediatamente anteriores al inicio de la campaña, se informó a las comunidades sobre la importancia de vacunarse. La OMS, el UNICEF y sus asociados han elaborado orientaciones y recursos para ayudar a los equipos de los países, los agentes de salud comunitarios y los voluntarios a lograr que las comunidades participen en las campañas.

Los equipos desplegados sobre el terreno recurren a los idiomas locales y a canales de comunicación fiables para llegar a la población y lograr su colaboración. Se han mantenido reuniones con dirigentes religiosos y políticos, y se han ofrecido presentaciones y repartido folletos en mercados, centros de salud, iglesias y escuelas para que la población entienda la campaña y sepa cómo protegerse. Asimismo se han emitido anuncios en los idiomas locales en la prensa, la radio y la televisión para garantizar la máxima participación en esta importante campaña, cuyo objetivo es poner fin al brote de fiebre amarilla.