Chikungunya
8 de agosto de 2025 | Preguntas y respuestasPreguntas y respuestas sobre el chikungunya: qué es, dónde se contrae, cómo protegerse, qué síntomas causa, cómo se trata y cómo reducir su propagación.
El chikungunya (o fiebre chikungunya) es una enfermedad vírica que se transmite por la picadura de mosquitos, principalmente Aedes aegypti y Ae. albopictus (comúnmente, mosquito tigre), sobre todo durante el día. Cursa con fiebre y fuertes dolores articulares, además de dolor muscular, erupciones cutáneas, dolor de cabeza y un cansancio intenso. Aunque la mayoría de las personas se recuperan al cabo de una semana, el dolor articular a veces dura mucho más tiempo.
El virus chikungunya está presente en muchas partes del mundo, en especial en las regiones tropicales y subtropicales de África, Asia y América, donde se encuentran Aedes aegypti y Ae. albopictus, sus principales portadores. No obstante, este virus se ha propagado, a través de viajeros infectados, a otras zonas donde ocasionalmente ha causado brotes, como Europa y Norteamérica. Dentro de estas regiones, son especialmente vulnerables los lugares donde las temperaturas son lo suficientemente cálidas como para que los mosquitos críen.
No se dispone de un tratamiento para el chikungunya y la mejor manera de protegerse es prevenir las picaduras de mosquito mediante las siguientes medidas que reducen eficazmente el riesgo:
- aplicar repelentes de mosquitos (con dietiltoluamida, IR3535 o picaridina) sobre la piel expuesta o la ropa, siguiendo las instrucciones del producto;
- llevar ropa protectora, como pantalones y prendas de manga larga, sobre todo durante el día, cuando los mosquitos que transmiten el chikungunya están más activos;
- dormir bajo telas mosquiteras, sobre todo durante el día;
- colocar telas mosquiteras en puertas y ventanas o mantenerlas cerradas para que no entren mosquitos en los espacios interiores; y
- eliminar el agua estancada de objetos como neumáticos, cubos y macetas, donde suelen criar los mosquitos.
Los síntomas del chikungunya suelen aparecer entre cuatro y ocho días después de la picadura de un mosquito infectado.
Pueden ser:
- fiebre alta y repentina
- dolor intenso en las articulaciones
- dolor muscular
- dolor de cabeza
- erupciones cutáneas
- cansancio o debilidad general
- ocasionalmente, náuseas
La mayoría de las personas empiezan a sentirse mejor al cabo de una semana, pero algunos síntomas, como el dolor articular, pueden durar varias semanas o incluso meses. Una pequeña parte de los pacientes continúa experimentando un gran cansancio incluso pasados dos años.
Aunque el chikungunya puede afectar a personas de todas las edades, estos grupos tienen más probabilidades de presentar síntomas graves o de recuperarse más lentamente que otros:
- los adultos de edad avanzada, sobre todo los mayores de 65 años
- los lactantes y los niños pequeños
- las embarazadas
- las personas con hipertensión, diabetes, cardiopatías u otros problemas de salud
Si se presentan síntomas de chikungunya, es preciso acudir a un centro médico lo antes posible, sobre todo si se pertenece a un grupo de alto riesgo.
Puesto que no se dispone de medicamentos específicos para el chikungunya, la atención consiste en aliviar los síntomas, adoptando estas medidas:
- aliviar la fiebre y el dolor articular con paracetamol o metamizol (si se dispone de él)
- no tomar ácido acetilsalicílico, ibuprofeno ni otros antiinflamatorios no esteroideos (AINE) hasta descartar el diagnóstico de dengue, ya que estos fármacos pueden aumentar el riesgo de hemorragia en los pacientes con dengue
- mantener una buena hidratación y descansar mucho para favorecer la recuperación
Si los síntomas persisten durante más de unos días o empeoran, es importante buscar atención médica.
Las pruebas científicas disponibles indican que es poco probable que se produzca una reinfección por el virus chikungunya, si bien se sigue investigando al respecto.
Algunas personas presentan una infección crónica por este virus que cursa con un dolor articular crónico de varios meses e incluso años de duración; no obstante, ello no indica que la persona se haya infectado más de una vez.
Hasta el momento, los organismos reguladores de varios países y regiones, entre ellos la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), han autorizado dos vacunas de una sola dosis contra el chikungunya: la vacuna IXCHIQ y la vacuna VIMKUNYA. En general, se recomienda administrarlas en esos países a las personas con riesgo de enfermedad grave y también a quienes se desplacen a zonas donde se sabe que se transmite el virus causante. Sin embargo, estas vacunas aún no están disponibles ampliamente ni se utilizan de forma generalizada en todo el mundo.
La OMS no ha emitido recomendaciones sobre el uso de estas vacunas. Tanto la Organización como el Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico sobre Inmunización que la asesora están examinando los datos obtenidos en los ensayos clínicos pertinentes para fundamentar sus futuras orientaciones. Asimismo, ninguna de estas vacunas ha sido precalificada por la OMS ni ha sido incluida en la lista de uso en emergencias por la Organización.
No es fácil diagnosticar el chikungunya basándose únicamente en los síntomas, porque son similares a los de otras enfermedades, como el dengue o el zika.
La infección se confirma mediante pruebas analíticas.
- Durante la primera semana de la enfermedad, cuando aparecen los primeros síntomas, el chikungunya puede diagnosticarse detectando el virus en una muestra de sangre, mediante pruebas moleculares o de aislamiento del virus.
- Después de la primera semana, las pruebas pueden detectar anticuerpos contra el virus, que indican que se ha puesto en marcha la respuesta inmunitaria. Estas pruebas suelen realizarse con una o dos semanas de diferencia para confirmar una infección reciente o pasada.
Es importante realizar un diagnóstico preciso, sobre todo en regiones donde circulan virus similares.
El chikungunya se propaga a través de la picadura de mosquitos infectados, principalmente Aedes aegypti y Ae. albopictus, que son más activos durante el día. La mejor manera de prevenir o reducir su propagación es evitar estas picaduras mediante la protección personal y la lucha contra los vectores. Estas son las recomendaciones para las personas que vivan en zonas donde se propaga el chikungunya o que las visiten:
- llevar prendas largas que reduzcan al mínimo la exposición de la piel a los mosquitos, sobre todo durante el día;
- aplicar repelentes de mosquitos con dietiltoluamida, IR3535 o picaridina sobre la piel expuesta o la ropa, siguiendo las instrucciones del producto;
- dormir bajo telas mosquiteras (de ser posible, tratadas con insecticida), sobre todo durante el día, especialmente en el caso de que la persona corra más riesgo (enfermos, personas mayores y niños pequeños); y
- colocar mosquiteras en puertas y ventanas para impedir la entrada de mosquitos en los espacios interiores.
Es importante señalar que las personas con infección presunta o confirmada por chikungunya también deben tomar las medidas citadas y evitar las picaduras durante la primera semana de la enfermedad, ya que los mosquitos que les piquen podrían infectarse y transmitir el virus a otras personas.
Para ayudar a detener la propagación del virus chikungunya, es preciso controlar los mosquitos portadores del virus y eliminar sus criaderos. Estos animales suelen poner los huevos en aguas estancadas que se encuentran en recipientes corrientes, como neumáticos, depósitos de agua abiertos, tanques y latas vacías alrededor de las viviendas.
Deben aplicarse las medidas siguientes para evitar que críen los mosquitos:
- vaciar y limpiar los recipientes de agua al menos una vez a la semana
- tapar bien los depósitos y recipientes de agua
- tirar la basura con regularidad y de forma adecuada para que no acumule agua.
Durante los brotes, las autoridades de salud pueden tomar medidas adicionales, como fumigar o nebulizar las zonas afectadas con insecticidas y aplicar estos productos en las superficies interiores donde suelen posarse los mosquitos (fumigación residual de interiores) para matar a los ejemplares adultos. Además, se pueden verter productos en el agua para eliminar las larvas antes de que alcancen la fase adulta.
Para prevenir el chikungunya es necesaria la implicación de toda la población. Si se trabaja conjuntamente para eliminar los criaderos de mosquitos y protegerse de las picaduras, el riesgo de transmisión disminuye significativamente y se pueden prevenir los brotes.