Infección por el metaneumovirus humano

10 de enero de 2025 | Preguntas y respuestas

El metaneumovirus humano es uno de los virus causantes del resfriado común, una infección de las vías respiratorias altas. Aunque generalmente provoca síntomas leves, en algunos casos puede causar cuadros muy graves.

Este virus pertenece a la familia Pneumoviridae, al igual que el virus respiratorio sincicial. Se detectó por primera vez en 2001, aunque lleva varias décadas propagándose entre los seres humanos por todo el mundo.

El metaneumovirus humano se transmite de manera similar a otros virus del resfriado común: por el aire, a través de partículas respiratorias infecciosas emitidas por una persona enferma y hacia personas no infectadas. Es decir, se puede contraer el virus al estar cerca de una persona enferma o compartir con ella un espacio cerrado. Además, el virus puede entrar en el organismo si se tocan superficies contaminadas, como pomos o tiradores de puertas, y después se llevan las manos a los ojos, la nariz o la boca.

Hay pocos países que vigilen e informen sobre las tendencias de este virus, por lo que aún no se sabe a ciencia cierta cómo se propaga en cada clima y región.

Según los estudios, la propagación en las regiones templadas tiene lugar principalmente a finales del invierno y en primavera, al mismo tiempo que otros virus respiratorios comunes, como el de la gripe estacional y el virus respiratorio sincicial, aunque durante el resto del año sigue propagándose a niveles más bajos y algunas personas pueden enfermarse.

Por lo general, las personas infectadas por este presentan síntomas similares a los del resfriado o la gripe:

  • tos
  • fiebre
  • dolor de garganta
  • secreción o congestión nasal
  • dolores corporales
  • dolor de cabeza

No obstante, algunas personas pueden enfermar gravemente y sufrir una infección pulmonar (neumonía) o una inflamación de las vías respiratorias pulmonares (bronquiolitis y bronquitis). Los síntomas más graves pueden ser sibilancias, dificultad para respirar, dolor torácico, mareos, cansancio intenso, deshidratación y fiebre persistente que no remite. Los pacientes que presenten alguno de estos síntomas graves requieren asistencia médica.

El metaneumovirus humano es una causa frecuente de infecciones de las vías respiratorias altas en los lactantes y niños menores de 5 años. Aunque cualquier persona puede contagiarse, los lactantes, los adultos mayores y las personas con afecciones como inmunodepresión, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y asma corren más riesgo de presentar un cuadro grave. Es importante extremar las precauciones para proteger a los grupos de riesgo y al personal de salud de cualquier infección respiratoria.

Las medidas preventivas de la infección por el metaneumovirus humano son similares a las que se aplican para prevenir otras infecciones respiratorias:

  • llevar mascarilla en los lugares concurridos, cerrados o mal ventilados;
  • mejorar la ventilación cuando sea posible (por ejemplo, abriendo una ventana para que circule el aire);
  • lavarse con frecuencia las manos con agua y jabón o con una loción hidroalcohólica para manos; y
  • no tocarse los ojos, la nariz o la boca sin lavarse antes las manos.

Mantener un sistema inmunitario sano también puede ayudar a combatir las infecciones. Ello puede facilitarse llevando una dieta equilibrada, haciendo ejercicio con regularidad y durmiendo lo suficiente.

Las personas enfermas deben aplicar estas medidas para no contagiar a los demás:

  • permanecer en casa si se encuentran mal;
  • cubrirse la nariz y la boca con un pañuelo o con la flexura del codo al toser o estornudar;
  • llevar mascarilla cuando estén cerca de otras personas;
  • aumentar la ventilación, sobre todo en los espacios compartidos; y
  • lavarse las manos con regularidad y desinfectar las superficies que toquen con frecuencia.

No hay ninguna vacuna autorizada contra el metaneumovirus humano, pero se está investigando al respecto.

El metaneumovirus humano causa resfriados que se pueden tratar con medicamentos de venta libre para aliviar el dolor, la fiebre, la congestión nasal y la tos. También puede ser de utilidad descansar mucho e hidratarse.

No hay ningún medicamento antivírico autorizado para tratar este virus. La mayoría de las personas se sienten mejor en pocos días pero, si los síntomas se agravan, deben acudir a un profesional de la salud. Las personas que pertenezcan a un grupo de mayor riesgo también deben consultar a su médico, aunque no presenten síntomas demasiado graves.

En un número reducido de casos, se administra oxígeno a los pacientes hospitalizados para ayudarles a recuperarse.

La prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) es el método más fiable para diagnosticar esta infección, ya que proporciona resultados precisos en unas pocas horas.

Sin embargo, es posible que los médicos no recomienden realizar esta prueba a las personas con síntomas de resfriado o gripe, ya que no existe un tratamiento específico para la infección por el metaneumovirus humano y, en la mayoría de los casos, los síntomas que ocasiona son leves.

Es difícil distinguir entre las distintas infecciones respiratorias, ya que cursan con síntomas similares como fiebre, tos, secreción nasal y congestión. Sin embargo, el tratamiento puede ser diferente, sobre todo en el caso de las personas que están o pueden llegar a estar muy enfermas. Los tratamientos antivíricos contra la COVID-19 y la gripe son específicos, y los médicos pueden servirse de pruebas diagnósticas para determinar la causa de los síntomas antes de decidir el tratamiento.

El metaneumovirus humano suele causar síntomas similares a los del resfriado o la gripe, pero su gravedad depende de muchos factores, como el estado general de salud de la persona. Además, los virus pueden evolucionar y volverse más virulentos. La OMS colabora con especialistas de todo el mundo en la vigilancia de estas enfermedades.