Poliomielitis

8 de abril de 2025 | Preguntas y respuestas

Aunque la poliomielitis no ha desaparecido, el número de casos ha disminuido en más de un 99 % desde 1988. Se estima que en ese año había 350 000 casos en más de 125 países con poliomielitis endémica, mientras que en 2025 solo hay endemicidad en dos países. Esta reducción es fruto de los esfuerzos mundiales de erradicación impulsados gracias a la Iniciativa de Erradicación Mundial de la Poliomielitis, una alianza internacional entre los sectores público y privado.

A pesar de los progresos logrados desde 1988, mientras haya un solo niño infectado por poliovirus, los niños de todos los países corren riesgo de contraer poliomielitis. Los poliovirus pueden introducirse fácilmente en un país donde esta enfermedad no está presente y propagarse con rapidez entre las personas no inmunizadas. Si no se erradica esta enfermedad, resurgirá en todo el mundo.  

La poliomielitis no tiene cura, solo se puede prevenir. Las vacunas antipoliomielíticas, cuando se administran varias veces a un niño, le pueden conferir protección de por vida.

En el sitio de la Iniciativa de Erradicación Mundial de la Poliomielitis (www.polioeradication.org) se ofrece más información sobre los esfuerzos mundiales para erradicar esta enfermedad.

Los poliovirus salvajes son las cepas naturales de poliovirus que circulan en el medio ambiente.

Hay tres tipos de poliovirus salvajes: los tipos 1, 2 y 3. La inmunidad frente a uno de estos serotipos no confiere inmunidad contra los otros dos. Antes del siglo XX, apenas se tenía constancia de brotes epidémicos, pero la mejora del saneamiento en ese siglo hizo que aumentara la edad media de exposición a los virus. Con la progresiva disminución de la protección conferida por los anticuerpos maternos, la infección provocó cada vez más casos de parálisis.

En septiembre de 2015 se declaró la erradicación del poliovirus salvaje de tipo 2 (el último caso se detectó en la India en 1999), mientras que el poliovirus salvaje de tipo 3 se detectó por última vez en noviembre de 2012 y se declaró erradicado en octubre de 2019. Por tanto, solo queda por erradicar el poliovirus salvaje de tipo 1.

Hay pocos poliovirus en circulación derivados de vacunas, pero estas cepas han ido en aumento en los últimos años debido a las bajas tasas de inmunización de la población. El poliovirus circulante de origen vacunal más prevalente es el de tipo 2 (cVDPV2).

La vacuna antipoliomielítica oral (OPV), que ha permitido erradicar casi por completo los poliovirus salvajes, presenta numerosas ventajas; por ejemplo, el virus vivo atenuado (debilitado) que contiene genera una mejor respuesta inmunitaria en el intestino, que es donde se replican los poliovirus. Además, los poliovirus vacunales se excretan con las heces y, en las zonas con un saneamiento deficiente, pueden propagarse a otras personas y ayudar a proteger a la colectividad.

Sin embargo, en los lugares con tasas de inmunización bajas, cuando los virus se transmiten de los niños no vacunados a otros niños durante un periodo prolongado (a menudo de entre 12 y 18 meses) pueden mutar a formas capaces de causar parálisis, como los poliovirus salvajes. Estos poliovirus mutados pueden propagarse al resto de la población, dando lugar a cVDPV.

El escaso riesgo que entrañan los cVDPV es insignificante en comparación con los enormes beneficios para la salud pública que aporta la OPV. Gracias a ella, cada año se evitan cientos de miles de casos por poliovirus salvajes. Desde que se puso en marcha la Iniciativa Mundial para la Erradicación de la Poliomielitis y se empezó a administrar esta vacuna a gran escala, se han evitado más de 20 millones de casos.

En el pasado, los brotes de cVDPV se han atajado rápidamente con dos o tres tandas de campañas de inmunización de alta calidad. La solución a todos los brotes de poliomielitis es la misma: inmunizar a todos los niños varias veces con la vacuna oral para detener la transmisión, independientemente del origen del virus.

La obtención de vacunas eficaces para prevenir la poliomielitis paralítica fue uno de los mayores avances de la medicina en el siglo XX. En la Iniciativa de Erradicación Mundial de la Poliomielitis se utilizan dos tipos de vacunas para frenar la transmisión: la vacuna con poliovirus inactivados y la vacuna antipoliomielítica oral (OPV).

Si se inmuniza contra la poliomielitis a un número suficiente de personas en una comunidad, el virus no encuentra huéspedes vulnerables y se extingue. Para detener la transmisión y evitar los brotes es necesario mantener una cobertura vacunal elevada. En el marco de la citada Iniciativa, se supervisa constantemente el uso óptimo de distintos tipos de vacunas para prevenir la poliomielitis paralítica y detener la transmisión de poliovirus en distintas zonas del mundo.

La OPV es segura y enormemente eficaz, y es el tipo de vacuna más utilizado para erradicar la poliomielitis. Hay distintos tipos de OPV que protegen contra un serotipo, una combinación de dos serotipos o los tres serotipos de poliovirus (los tipos 1, 2 y 3).

A diferencia de la vacuna antipoliomielítica con virus inactivados, la OPV es la única que interrumpe la propagación de poliovirus entre personas. Además, es más fácil de administrar y puede distribuirse rápidamente a gran escala. Esta vacuna ha ayudado a reducir los casos mundiales en más de un 99 % desde 1988 y sigue siendo una herramienta esencial para poner fin a la poliomielitis en el mundo.

La vacuna con virus inactivados contiene cepas inactivadas (muertas) de los tres tipos de poliovirus. Fue diseñada en 1955 por el Dr. Jonas Salk y, por esa razón, se la conoce también como vacuna Salk. Se administra por inyección intramuscular o intradérmica, y siempre debe ser aplicada por un trabajador de la salud capacitado. Esta vacuna induce la presencia de anticuerpos en la sangre contra los tres tipos de poliovirus que, cuando se produce la infección, impiden que los virus lleguen al sistema nervioso central y evitan la parálisis.

Ventajas

  • Todas son baratas (de USD 0,15 a USD 0,20 para los países que las adquieren a través del UNICEF).
  • Son seguras y eficaces y ofrecen una protección duradera contra el serotipo o los serotipos a los que están dirigidas.
  • Durante varias semanas tras la vacunación, los virus vacunales se replican en el intestino, se excretan y pueden transmitirse a las personas que estén en estrecho contacto con la persona vacunada. De ese modo, se puede inmunizar también a personas que no se han vacunado.
  • Se administran por vía oral y no requieren la intervención de profesionales de la salud, jeringuillas estériles ni un sistema complejo de cadena de frío. Por ello, son fáciles de administrar en las campañas de vacunación a gran escala y de transportar a zonas de difícil acceso.

Inconvenientes

  • Aunque son seguras y eficaces, en casos sumamente raros (aproximadamente en una de cada 2,7 millones de dosis), el virus vacunal atenuado de las OPV puede causar poliomielitis paralítica. No obstante, este riesgo se considera aceptable en los programas de salud pública, dado el alto nivel de protección que proporcionan estas vacunas.
  • En los lugares donde no se vacuna a un número suficiente de niños, los virus vacunales atenuados pueden transmitirse entre la población y, en ocasiones excepcionales y con el tiempo, revertir genéticamente a una forma variante que puede causar parálisis.

Ventajas

  • Al no contener virus vivos, no hay riesgo de poliomielitis paralítica de origen vacunal.
  • Induce una respuesta inmunitaria excelente que protege a la mayoría de las personas.

    Inconvenientes

  • Los niveles de inmunidad que se alcanzan en el intestino son muy bajos, por lo que los poliovirus salvajes pueden seguir multiplicándose en él y eliminarse con las heces, con el riesgo de que sigan circulando.
  • Su precio es más de cinco veces superior al de la OPV. Además, debe administrarla personal de salud capacitado y se requieren material y técnicas de inyección estériles.

Seguridad

La vacuna antipoliomielítica con virus inactivados es una de las vacunas más seguras. No se han notificado reacciones adversas sistémicas graves tras su administración.

Eficacia

Es muy eficaz para prevenir la parálisis causada por los tres tipos de poliovirus.