Sobrecarga calórica en el lugar de trabajo

22 de agosto de 2025 | Preguntas y respuestas

La sobrecarga calórica en el lugar de trabajo se produce cuando el organismo de los trabajadores acumula calor debido a la combinación del calor metabólico, los factores ambientales y la ropa que llevan puesta. La tensión fisiológica derivada del calor puede provocar agotamiento, otros problemas de salud e incluso la muerte.

Más de 2400 millones de trabajadores en todo el mundo están expuestos a un exceso de calor que ocasiona más de 22,85 millones de problemas de salud cada año. Más de un tercio de las personas que trabajan con frecuencia en condiciones de calor sufren tensión calórica.

La sobrecarga calórica causa síntomas clínicos como hipertermia (aumento de la temperatura corporal), mareos y desmayos, alteraciones de la función renal, deshidratación y alteraciones neurológicas. En una revisión sistemática que incluyó un metaanálisis se calculó que el 35 % de las personas que trabajan habitualmente en condiciones de sobrecarga calórica presentan enfermedades relacionadas con el calor, entre ellas el agotamiento y los golpes de calor.

La productividad laboral se reduce entre un 2 % y un 3 % por cada grado que supera los 20 °C en la temperatura de globo y bulbo húmedo (un índice que mide la sobrecarga calórica teniendo en cuenta la temperatura del aire, la humedad, la velocidad del viento, el ángulo de la radiación solar y la nubosidad).1 De acuerdo con una serie de datos recientes de unos 8000 trabajadores, el 30 % de las personas que trabajan frecuentemente bajo sobrecarga calórica refieren pérdidas de productividad.

1 La temperatura de globo y bulbo húmedo es una medición del calor percibido que combina la temperatura del aire, la humedad (la cantidad de vapor de agua presente en el aire), la radiación solar o de otras fuentes de radiación calorífica (la exposición directa al sol o a objetos calientes en el trabajo aumenta considerablemente la sensación de calor) y el viento (ya sea una brisa, un ventilador o la ventilación natural, que refrescan el cuerpo). Es un método más preciso que la temperatura medida por un termómetro, ya que nuestro organismo se ve afectado simultáneamente por el calor, la humedad, el flujo de aire y la radiación calorífica.

Sí, la sobrecarga calórica también puede producirse al trabajar en espacios interiores a altas temperaturas, como aquellos donde hay hornos, así como en lugares cálidos y húmedos, como las minas de carbón y los invernaderos. También pueden resultar afectados los trabajadores de la industria manufacturera y terciaria si no disfrutan de sistemas de refrigeración. Las ocupaciones que obligan a realizar una actividad física intensa o a llevar equipos completos de protección personal u otro tipo de indumentaria especial también tienen mayor probabilidad de causar tensión calórica.

Para trabajar una jornada de ocho horas, la temperatura corporal central no debe superar los 38 °C. Al rebasar ese umbral, aumenta el riesgo para la salud, sobre todo si se dan factores de vulnerabilidad como la edad avanzada, determinadas enfermedades crónicas, el estado de embarazo, el trabajo al aire libre o la actividad física muy intensa.

Los efectos leves de la sobrecarga calórica son el cansancio, la miliaria o sudamina, el desmayo y los calambres por calor, mientras que los efectos graves, que requieren atención de urgencia, pueden ser agotamiento y golpes de calor, que es una alteración grave del sistema nervioso central con hipertermia extrema que puede causar la muerte.

Los trabajadores de edad mediana y avanzada, las personas con afecciones crónicas y las de menor condición física son más susceptibles de padecer sobrecarga calórica. Sin embargo, también pueden verse afectadas personas que supuestamente corren menos riesgo y que aplican medidas preventivas. Los trabajadores migrantes desplazados a otros países presentan más riesgos, ya que a menudo cuentan con menos experiencia laboral, conocen menos los riesgos del calor para la salud, no están aclimatados a las condiciones locales y suelen desempeñar labores manuales al aire libre.

Se espera que los países alcancen el objetivo fijado en el Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura mundial a menos de 2 °C. Aun así, al menos 318 millones de personas sufrirán sobrecargas calóricas intensas de aquí a finales del siglo XXI, una cifra que podría alcanzar los 540 millones si los países se limitan a aplicar sus políticas nacionales actuales y que superará los mil millones si no adoptan medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

 

La OMS recomienda elaborar estrategias para hacer frente a los efectos del calor en la salud durante el trabajo que contemplen planes y recomendaciones personalizados, que tengan en cuenta las características meteorológicas locales, los distintos oficios y la vulnerabilidad de los trabajadores, y que incluyan actividades de educación y sensibilización para que el personal de respuesta inicial, los profesionales de la salud, los empleadores y los propios trabajadores reconozcan y traten adecuadamente los síntomas. Además, es fundamental que todas las partes interesadas elaboren conjuntamente estas estrategias.