Buenos días, buenas tardes y buenas noches.
Los 2,1 millones de personas atrapadas en la zona de guerra que es Gaza se enfrentan a otro asesino que se suma a las bombas y a las balas: el hambre.
Hoy asistimos a un recrudecimiento letal de las muertes relacionadas con la malnutrición.
Desde el 17 de julio, los centros que tratan la malnutrición aguda grave están llenos, y carecen de suministros suficientes para la alimentación de emergencia.
En 2025, la OMS ha documentado 21 defunciones de niños menores de cinco años relacionadas con la malnutrición.
Las tasas de malnutrición aguda global superan el 10 %, y más del 20 % de las mujeres embarazadas y lactantes que han sido examinadas presentan malnutrición, a menudo en una forma grave.
El derrumbe de los canales de ayuda y las restricciones de acceso están acelerando la crisis del hambre.
El 95 % de los hogares de Gaza se enfrentan a una grave escasez de agua, y el acceso diario está muy por debajo del mínimo necesario para beber y cocinar y para la higiene.
Las Naciones Unidas y los asociados humanitarios estuvieron casi 80 días consecutivos, desde principios de marzo hasta mediados de mayo de 2025, sin poder entregar alimentos a la Franja de Gaza como consecuencia del bloqueo total impuesto al acceso humanitario y comercial.
Desde entonces, las entregas de alimentos se han reanudado de forma intermitente, pero siguen estando muy por debajo del nivel necesario para la supervivencia de la población.
Los padres nos cuentan que sus hijos lloran de hambre hasta que se duermen.
Los emplazamientos en los que se distribuyen los alimentos se han convertido en lugares de violencia.
Según las autoridades de salud, entre el 27 de mayo y el 21 de julio, se mató a 1026 personas en Gaza mientras intentaban obtener alimentos en esos lugares.
Casi el 90 % de la tierra en Gaza está sujeta hoy a órdenes de evacuación o se encuentra en zonas militarizadas por Israel.
Los hospitales, que deberían ser refugios seguros, han sido atacados periódicamente y muchos ya no están operativos.
Incluso los que están en funcionamiento solo lo hacen con una capacidad mínima debido a los ataques reiterados, la escasez de combustible y de suministros médicos y las limitaciones de acceso.
El lunes, el personal de la OMS sufrió un ataque en la ciudad de Deir El-Balah.
La residencia del personal de la OMS fue asaltada, y se puso en peligro al personal y a sus familias, incluidos los niños.
El ejército israelí entró en las instalaciones, y obligó a la evacuación a pie de mujeres y niños en medio de un conflicto activo.
El personal masculino y los familiares fueron esposados, desnudados e interrogados.
Un colega permanece retenido. Pedimos su liberación inmediata.
Treinta y dos personas, entre ellas mujeres y niños, fueron evacuadas a una oficina de la OMS próxima a la zona de conflicto.
Nuestro almacén principal, que alberga medicamentos y suministros vitales, también sufrió daños graves.
En cuanto que organismo principal de las Naciones Unidas en la esfera de la salud, la presencia operacional de la OMS en Gaza se ve más comprometida si cabe, lo que invalida los esfuerzos por mantener un sistema de salud que se derrumba y hace que la supervivencia de más de dos millones de personas parezca algo cada vez más lejano.
Pese a ello, la OMS y otros organismos de las Naciones Unidas siguen en Gaza. Nuestro compromiso es firme.
Es preciso proteger a los organismos de las Naciones Unidas mientras operan en zonas de conflicto.
La OMS pide que se proteja activamente al personal y las instalaciones de las Naciones Unidas, los civiles y la atención médica, a fin de que la ayuda pueda llegar sin obstáculos. Una vez más, pedimos la liberación incondicional de los rehenes.
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La situación en Siria también es extremadamente preocupante.
El acceso a Al-Suwayda sigue siendo muy limitado, lo que añade más dificultades a la prestación de asistencia vital.
El hospital principal está desbordado y se enfrenta a una escasez crítica de personal, electricidad y suministros.
Estamos siguiendo de cerca los acontecimientos y trabajando para verificar los informes de ataques a la atención de la salud, incluidos los ataques contra trabajadores de la salud, pacientes, ambulancias y establecimientos de salud.
La atención de la salud nunca debe ser un objetivo.
La salud debería protegerse en todo momento; y un acceso humanitario seguro y sostenido en Gaza, Siria y todas las situaciones humanitarias es fundamental.
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Quiero referirme ahora a las recientes afirmaciones que se han hecho sobre la OMS, las enmiendas del Reglamento Sanitario Internacional y el Acuerdo sobre Pandemias.
Permítanme ser muy claro.
En primer lugar, el RSI, sus enmiendas y el Acuerdo sobre Pandemias fueron todos ellos propuestos, negociados y adoptados por nuestros Estados Miembros. Así es como funciona la OMS. Pertenece a los países, al conjunto de sus 194 Estados Miembros.
En segundo lugar, la OMS no tiene autoridad para decirle a los países qué deben hacer. No podemos imponer prohibiciones de viajar, confinamientos, obligaciones en materia de vacunación ni cualquier otro tipo de medida. Tampoco es nuestro objetivo.
Así lo establece claramente nuestro documento fundacional, la Constitución de la OMS.
Nuestro trabajo es proporcionar recomendaciones y pautas basadas en la evidencia, y prestar apoyo a los países para que protejan a sus poblaciones y mejoren la salud de estas.
Sin embargo, la manera como los países aplican ese asesoramiento, o si lo hacen, siempre ha dependido y dependerá de ellos, en función de sus directrices y reglas nacionales.
Eso es cierto para todo lo que hacemos, ya sean directrices para dejar de fumar, una mejor nutrición o prevenir y abordar enfermedades; todo lo que hacemos.
Este principio se aplica igualmente al Reglamento Sanitario Internacional y, de hecho, el nuevo Acuerdo sobre Pandemias contiene incluso una sección específica en la que está claramente explicado: el artículo 22.
Y en tercer lugar, contamos con un marco muy claro e integral para protegernos frente a la influencia indebida de los fabricantes farmacéuticos y otras entidades del sector privado.
Por supuesto, trabajamos con ellos, como deberíamos, pero contamos con salvaguardias muy claras elaboradas junto con nuestros Estados Miembros.
Y ahora, permítanme que les ponga rápidamente al día acerca del Acuerdo sobre Pandemias y, más concretamente, del Grupo de Trabajo Intergubernamental.
Este grupo de trabajo, integrado por nuestros Estados Miembros, lo estableció la Asamblea Mundial de la Salud y tiene el cometido de negociar el anexo relativo al acceso a los patógenos y la participación en los beneficios, entre otras cosas, para ayudar al mundo a responder de manera más eficaz a futuras amenazas para la salud.
El grupo de trabajo se reunirá a lo largo del año, con el objetivo de presentar el anexo finalizado a la próxima Asamblea de la Salud, en mayo de 2026.
El Acuerdo sobre Pandemias, que nuestros Estados Miembros han estado negociando durante tres años, se basa en las enseñanzas de la COVID-19 para mejorar la cooperación y la coordinación en pro de un mundo más seguro para todos.
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Pasemos ahora de las amenazas futuras a las actuales.
El reciente informe anual de la OMS y el UNICEF sobre las estimaciones de la cobertura nacional de inmunización en todo el mundo muestra tanto avances como desafíos acuciantes.
Si bien la cobertura de inmunización ha aumentado de manera modesta a nivel mundial, se estima que 14,3 millones de niños no han recibido jamás una sola dosis de ninguna vacuna, y que millones más solo han recibido una cobertura parcial.
A nadie sorprende que los niños que viven en uno de las más de dos docenas de países afectados por conflictos o emergencias humanitarias estén en una situación de riesgo especialmente elevado de no poder acceder a vacunas que salvan vidas.
En el caso del sarampión, uno de los patógenos más infecciosos del mundo, si bien la cobertura mundial ha aumentado ligeramente con respecto al año anterior, más de 30 millones de niños no recibieron la pauta completa que necesitaban.
En 2024, 60 países sufrieron importantes brotes de sarampión, casi el doble que en 2022.
Mientras que la falta de acceso es un problema importante en lo que respecta a las vacunas, también son un motivo de preocupación generalizado para algunas personas las dudas sobre las vacunas.
La OMS y otras organizaciones de salud pública tienen información detallada a disposición del público en sus respectivos sitios web para ayudar a las familias a entender qué son las vacunas, que han salvado millones de vidas desde que se desarrollara la vacuna antivariólica hace más de 200 años.
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En ese sentido, me complace compartir con ustedes noticias sobre otra innovación revolucionaria.
La semana pasada, la OMS presentó unas nuevas directrices sobre el uso de lenacapavir, un innovador medicamento con fines de prevención, que puede ayudar a cambiar el rumbo de la lucha contra el VIH.
La protección frente al virus que ofrece el lenacapavir inyectable dura seis meses y previene más del 96 % de las nuevas infecciones.
La OMS y sus asociados están trabajando con nueve países pioneros en adoptar este medicamento para que puedan acceder a él hasta dos millones de personas a un precio negociado más bajo.
Seis fabricantes de genéricos están trabajando en la producción de lenacapavir y, para 2027, la disponibilidad de versiones genéricas será mayor.
La OMS trabaja con los países pioneros en la adopción del medicamento y los asociados mundiales para hacer realidad el uso de lenacapavir, en particular formulando directrices y a través del proceso de precalificación.
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Quiero compartir más buenas noticias sobre los esfuerzos globales en materia de eliminación de enfermedades.
La OMS se enorgullece de haber certificado a Suriname como libre de paludismo.
De este modo, ya son 47 países y territorios los que han recibido la certificación, y varios más están cerca de recibirla.
Asimismo, recientemente hemos validado la eliminación del tracoma como problema de salud pública en Burundi y en el Senegal, con lo que el número total de países que han eliminado al menos una enfermedad tropical desatendida asciende a 57.
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Por último, este viernes 25 de julio es el Día Mundial para la Prevención de los Ahogamientos.
Cada año, cientos de miles de vidas se pierden a causa de los ahogamientos. La mayoría de estos fallecimientos, a menudo de niños y jóvenes en países de ingreso bajo y mediano, son prevenibles.
La OMS trabaja en todo el mundo para ayudar a los países, las comunidades y los progenitores a tomar medidas de bajo costo y basadas en la evidencia que permitan salvar vidas y proteger a las generaciones futuras.
Muchas gracias.