Mientras los líderes mundiales se reúnen virtualmente en el período extraordinario de sesiones de la Asamblea General en respuesta a la pandemia de COVID-19, hoy se publican nuevos datos - en inglés en los que se afirma que dejar a los países de ingresos bajos y medianos-bajos sin acceso a las vacunas en plena pandemia causará un daño económico significativo que pondrá en riesgo decenios de progreso económico, tanto para ellos como para las economías avanzadas.
En el informe de Eurasia Group se analizan las economías de diez países importantes (Alemania, el Canadá, Corea del Sur, los Emiratos Árabes Unidos, los Estados Unidos de América, Francia, el Japón, Qatar, el Reino Unido y Suecia) para evaluar en qué medida se benefician económicamente las economías avanzadas de contribuir a la labor del Acelerador del acceso a las herramientas contra la COVID-19 (ACT).
El Acelerador ACT, liderado por la OMS en asociación con las principales organizaciones internacionales de salud del mundo, es una colaboración mundial única para apoyar el desarrollo y distribución equitativa de las pruebas, tratamientos y vacunas que el mundo necesita para luchar contra la COVID-19. Con todo, el programa sigue teniendo un importante déficit de financiación de $US 28 200 millones, de los cuales $US 4300 millones se necesitan urgentemente para acelerar los trabajos en las esferas críticas. Si no se corrige ese déficit, los países de ingresos bajos y medianos-bajos tardarán demasiado en acceder a esos instrumentos vitales en 2021, lo que prolongará la pandemia y ocasionará graves consecuencias económicas, no solo para esos países sino también para la economía mundial en general.
En el informe, encargado por la Fundación Bill y Melinda Gates, se concluye que, solo para los 10 países incluidos en el análisis, los beneficios económicos de una solución de vacunas equitativa a nivel mundial serían de al menos US$ 153 mil millones de dólares en 2020-21, que aumentarían hasta US$ 466 mil millones para 2025. Eso es más de 12 veces el costo total estimado de US$ 38 mil millones del Acelerador ACT. La cifra se elaboró basándose en los efectos negativos que se prevén si se mantienen los brotes de coronavirus en los países de ingresos bajos y medianos-bajos, a partir de los pronósticos a la baja y de referencia que figuran en las Perspectivas de la Economía Mundial de octubre de 2020 del FMI.
Hasta la fecha, los 10 países estudiados en el informe han contribuido con US$ 2400 millones de dólares a la labor del Acelerador ACT: el Reino Unido ha comprometido algo más de US$ 1000 millones, y Alemania, el Canadá, el Japón y Francia US$ 618 millones, US$ 290 millones, US$ 229 millones y US$ 147 millones, respectivamente.
En solo siete meses, los avances del Acelerador ACT han sido significativos: se han evaluado más de 50 pruebas diagnósticas y desarrollado nuevos medios de diagnóstico rápido de antígenos que se han puesto a disposición de los países de ingresos bajos y medianos-bajos; se están poniendo en marcha tratamientos de dexametasona que salvan vidas y sigue avanzando la investigación sobre tratamientos con anticuerpos monoclonales; y gracias a la conexión de los sistemas de salud (el cuarto pilar del Acelerador ACT), cuatro de las seis regiones en el mundo cumplen los requisitos de sistema de salud para la entrega de los instrumentos para la COVID-19.
COVAX, el pilar de las vacunas del Acelerador ACT, cuenta con la cartera de vacunas más grande y diversa del mundo. Tiene por objetivo acelerar el desarrollo y la fabricación de las vacunas contra la COVID-19 y garantizar un acceso justo y equitativo a todos los países participantes. En colaboración con 189 países, COVAX apoya el desarrollo de nueve posibles vacunas a través de la CEPI, ocho de las cuales se encuentran en fase de ensayo clínico. Con el apoyo de la Fundación Bill & Melinda Gates, COVAX ha asegurado cientos de millones de dosis de tres vacunas muy prometedoras, entre otras al menos 200 millones de dosis para países de ingresos bajos.
En ese nuevo informe se hace hincapié en la urgencia de financiación y en la rentabilidad de la inversión para los países que han realizado donaciones a la labor del Acelerador ACT. A ese respecto se publicó el 10 de noviembre un documento sobre las prioridades urgentes y requisitos de financiación del Acelerador ACT (Urgent Priorities and Financing Requirements).
El Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS, instó a los países a comprometerse con la labor del Acelerador ACT, el cual afirmó es la solución mundial para poner fin lo antes posible a la fase aguda de la pandemia garantizando un acceso equitativo a los instrumentos contra la COVID-19. Según expresó, contribuir al Acelerador ACT no es solo lo correcto sino lo más inteligente para todos los países, desde un punto de vista social, económico y político.
Alexander Kazan, director general de Global Strategy en Eurasia Group y uno de los autores del informe, explicó que son muchos los argumentos humanitarios y éticos para apoyar al Acelerador ACT y al Mecanismo COVAX, además de los evidentes beneficios económicos para los países en desarrollo. Según él, si no se hace nada corremos el riesgo de perder los avances económicos de años, si no de decenios. Según el análisis realizado, es probable que el programa también genere beneficios económicos y de otro tipo en los principales países donantes. Para finalizar explicó que el Acelerador ACT supone una oportunidad única para salvar vidas, reestablecer la economía mundial y crear un capital diplomático que durará toda una generación.
Hassan Damluji, director adjunto de la Fundación Bill y Melinda Gates, comentó las conclusiones del informe y afirmó que siempre ha estado clara la justificación moral de contar con una solución mundial equitativa para la crisis de la COVID-19, pero que ahora, los gobiernos de países de ingreso alto, abatidos por este enorme choque, se están centrando cada vez más en invertir en aquello que puede ayudar a sus economías a recuperarse, y que el informe es una prueba más de que el Acelerador ACT es precisamente una de esas inversiones. Según él, invertir en el Acelerador ACT es tanto lo correcto como la solución que beneficiará a todos los países puesto que ayudará a evitar que la economía mundial se hunda completamente.
Notas para los redactores
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El Acelerador ACT
El Acelerador del acceso a las herramientas contra la COVID-19 (Acelerador ACT) es la iniciativa de colaboración mundial, de reconocida eficacia, puesta en marcha para acelerar el desarrollo, la producción y el acceso equitativo a pruebas, tratamientos y vacunas contra la COVID-19. Establecido en marzo en respuesta a un llamamiento de los dirigentes del G20, en abril de 2020 fue presentado por la OMS, la Comisión Europea, Francia y la Fundación Bill y Melinda Gates.
El Acelerador ACT no es un órgano decisorio ni una nueva organización, pero trabaja para acelerar los esfuerzos de colaboración entre organizaciones ya existentes con objeto de poner fin a la pandemia. Es un marco de colaboración concebido para reunir a los principales interesados en torno a una mesa para poner fin a la pandemia lo antes posible mediante el desarrollo acelerado, la asignación equitativa y la distribución a gran escala de pruebas, tratamientos y vacunas, y de ese modo proteger los sistemas de salud y restaurar las sociedades y las economías a corto plazo. El Acelerador bebe de la experiencia de destacadas organizaciones sanitarias mundiales que se enfrentan a los retos más difíciles del mundo en materia de salud y que colaborando pueden lograr resultados nuevos y más ambiciosos contra la COVID-19. Sus miembros comparten el compromiso de garantizar que todas las personas tengan acceso a las herramientas necesarias para derrotar la COVID-19 y de trabajar aliados a niveles sin precedentes para lograr ese objetivo.
El Acelerador ACT comprende cuatro pilares: diagnóstico, tratamiento, vacunas y fortalecimiento de los sistemas de salud.
- Los objetivos del pilar de diagnóstico, que codirigen el Fondo Mundial y la Fundación para la Obtención de Medios de Diagnóstico Innovadores (FIND), son comercializar dos o tres pruebas rápidas de alta calidad, capacitar a 10 000 profesionales de la salud en 50 países y realizar pruebas a 500 millones de personas en países de ingresos medianos y bajos de aquí a mediados de 2021.
- El pilar del tratamiento está dirigido por el Unitaid y Wellcome. El tratamiento puede abarcar todas las etapas de la COVID-19: la prevención de la infección; el alivio de los síntomas y la prevención de la transmisión a otras personas; el tratamiento o la prevención de los síntomas; un efecto terapéutico para salvar la vida a los enfermos con síntomas graves; y la aceleración de la recuperación. En los próximos 12 meses, el objetivo es desarrollar, fabricar y distribuir 245 millones de tratamientos para ayudar a recuperarse a los pacientes de COVID-19.
- El pilar de vacunas COVAX, dirigido por la CEPI, Gavi y la OMS, está acelerando la búsqueda de una vacuna eficaz para todos los países. Al mismo tiempo, está apoyando la creación de capacidades para su fabricación y la compra de suministros, con antelación, para que dos mil millones de dosis puedan ser distribuidas de manera justa para finales de 2021.
- En cuanto al pilar de conexión de los sistemas de salud, liderado por la OMS, el Banco Mundial y el Fondo Mundial, su objetivo es velar por que estas herramientas lleguen a las personas que las necesitan.
- La labor centrada en el acceso y la asignación, que dirige la OMS, es común a todos los pilares.