El 24 de marzo se conmemora en los países el Día Mundial de la Tuberculosis y, en ese contexto, la Organización Mundial de la Salud insta a la “solidaridad y la acción mundial” en apoyo de una nueva estrategia de 20 años destinada a poner fin a la epidemia mundial de tuberculosis.
En los últimos años, los extraordinarios progresos logrados en la lucha contra la tuberculosis permitieron salvar más de 37 millones de vidas, pero aún queda mucho por hacer. En 2013, casi la mitad de los nueve millones de personas que enfermaron de tuberculosis contrajeron una forma multirresistente, muy difícil de tratar. Se estima que la tuberculosis ocasiona 1,5 millones de defunciones cada año.
La enfermedad suele tener consecuencias económicas devastadoras para las familias afectadas, por cuanto reduce sus ingresos anuales en una media del 50%, lo que agrava las desigualdades existentes.
“Esta es una cuestión de justicia social fundamental para la consecución de nuestro objetivo relativo a la cobertura sanitaria universal. Todos y cada uno de los hombres mujeres o niños con tuberculosis deberían tener acceso equitativo y sin obstáculos a los instrumentos y servicios innovadores necesarios para diagnosticar, tratar y atender rápidamente sus casos”, dice la Dra. Margaret Chan, Directora General de la OMS.
La estrategia de la OMS para poner fin a la tuberculosis, adoptada por los gobiernos en la Asamblea Mundial de la Salud el año pasado, procura impulsar medidas en tres áreas clave: atención y prevención integrada y centrada en el paciente para todas las personas con tuberculosis que lo necesiten, en particular los niños; políticas firmes y sistemas de apoyo; y fortalecimiento de la investigación y la innovación.
La estrategia establece metas ambiciosas destinadas a reducir en un 95% el número de defunciones por tuberculosis y un 90% el número de casos de tuberculosis para 2035. Un hito importante que se deberá alcanzar en los próximos cinco años (2020) consiste en eliminar los gastos catastróficos en que incurren los pacientes con tuberculosis y sus familias. La eliminación de esos gastos es posible mediante una ampliación del acceso y programas de protección financiera que minimicen los costos médicos y de otra índole, así como la pérdida de ingresos.
Se considera que 2015 es un año crucial para las actividades orientadas a adaptar y desarrollar la estrategia en diferentes entornos nacionales. El éxito de la estrategia exigirá que la comunidad de lucha contra la tuberculosis en todo el mundo colabore para fortalecer alianzas y recursos.
“Los progresos alcanzados en la lucha contra la tuberculosis han requerido enormes esfuerzos que es preciso intensificar para erradicar totalmente la epidemia de tuberculosis,” dice el Dr. Eric Goosby, que en enero de este año fue nombrado Enviado Especial de las Naciones Unidas para la Lucha contra la Tuberculosis. “La estrategia para poner fin a la tuberculosis ofrece nueva esperanza a millones de personas que sufren y pierden sus vidas cada año a causa de esa enfermedad. Ha llegado el momento de aunar esfuerzos para crear un mundo sin tuberculosis”.
La estrategia aborda cuestiones relativas a la tuberculosis que afectan a los grupos vulnerables, en particular a las personas infectadas con el VIH que contraen la tuberculosis. En 2013, según estimaciones, había 1,1 millones de personas coinfectadas por VIH y tuberculosis, de las que 360 000 murieron.
Es preciso cubrir el déficit de financiación de las actividades de respuesta a la tuberculosis, a fin de avanzar hacia el final de la epidemia mundial. Asimismo, se debe corregir el déficit de recursos de US$ 2000 millones anuales para intervenciones relacionadas con la tuberculosis y de US$ 1390 millones anuales para investigación sobre tuberculosis. La intensificación de la investigación y la innovación en ciencias básicas, los nuevos medios diagnósticos, medicamentos y vacunas y su pronta introducción, serán aspectos cruciales para detener la trayectoria de la epidemia y alcanzar las metas mundiales.
“Este Día Mundial de la Tuberculosis debería servir para alertar y movilizar al mayor número de personas posible con el propósito de poner fin a la epidemia”, dice el Dr. Mario Raviglione, Director del Programa Mundial de la OMS contra la Tuberculosis. “Debemos trabajar con innovadores en las esferas de salud y desarrollo, la sociedad civil y el sector privado, para acabar con la carga de morbilidad de esta enfermedad prevenible.”
Los preparativos para adaptar y aplicar la estrategia de lucha contra la tuberculosis ya han comenzado. El año pasado se estableció un nuevo marco de acción destinado a eliminar la tuberculosis en los países de baja incidencia. Las regiones están desarrollando planes para apoyar a los países, y los ministerios de salud están actualizando sus planes nacionales en consonancia con la estrategia y sus metas.
Nota para los editores
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El Día Mundial de la Tuberculosis se publicará en The Lancet un panorama de la estrategia para poner fin a la tuberculosis, en la que se abordarán algunos retos esenciales para el progreso de la estrategia.
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La European Respiratory Society y la OMS publicarán mañana un artículo sobre el marco de acción para la eliminación de la tuberculosis en países con baja incidencia.