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Sarampión - Etiopía

4 de mayo de 2023

Descripción de la situación

Resumen de la situación

El sarampión es endémico en Etiopía y se notifican casos cada año. Entre el 12 de agosto de 2021 y el 1 de mayo de 2023, se notificaron 16 814 casos de sarampión confirmados mediante pruebas de laboratorio y 182 muertes, lo que supone una tasa de letalidad del 1,1 % a nivel nacional.

Desde 2021, el número anual de casos confirmados de sarampión ha aumentado significativamente, de 1953 en 2021 a 9291 (˃375%) en 2022 y 6933 en 2023 a fecha de 1 de mayo. Por lo tanto, entre 2021 y 2022 los casos confirmados de sarampión casi se quintuplicaron.

Algunos de los factores que pueden explicar estos incrementos son la baja inmunidad de la población y la existencia simultánea de epidemias, conflictos, desplazamientos forzados y otras crisis humanitarias que interrumpen la vacunación infantil.

El sarampión es una enfermedad muy contagiosa causada por el virus del sarampión y normalmente se transmite a través del contacto directo y por el aire. El virus infecta las vías respiratorias y luego se propaga por todo el cuerpo. Puede provocar epidemias de grandes proporciones, con un gran número de casos y muertes, especialmente entre las personas vulnerables, como los niños pequeños. En 2022, el 45% de todos los casos fueron niños menores de 5 años.

No existe ningún tratamiento antivírico específico contra el sarampión, pero se dispone de una vacuna eficaz y segura para su prevención y control. Para detener la circulación del sarampión, se requiere una cobertura de vacunación del 95% de la población.

Descripción de la situación

Desde el 12 de agosto de 2021, las 13 oficinas regionales de salud de Etiopía han recibido informes de casos sospechosos de sarampión en comunidades de acogida, poblaciones desplazadas o entre refugiados. Desde entonces, y hasta el 1 de mayo de 2023, se han notificado 16 814 casos de sarampión confirmados mediante pruebas de laboratorio y 182 muertes, lo que supone una tasa de letalidad del 1,1% a nivel nacional.

Desde 2021, el número anual de casos confirmados de sarampión ha aumentado significativamente, de 1953 en 2021 a 9291 (+ 375%) en 2022, y 6933 en lo que va de 2023 hasta el 1 de mayo. Por lo tanto, los casos confirmados de sarampión casi se quintuplicaron entre 2021 y 2022.

Se han notificado brotes activos de sarampión en 44 woredas/distritos de ocho regiones: Afar, Amhara, Harari, Oromia, Región de las Naciones del Sur, Nacionalidades y Pueblos (SNNPR), Región de los Pueblos del Sudoeste de Etiopía (SWEPR), Tigray y Somalí. El número de woredas afectadas por el sarampión fue de 52 (5% de las 1080 woredas del país) en 2021 y de 125 (12%) en 2022.

Entre el 1 de enero y el 2 de abril de 2023, la región somalí notificó 56 casos de sarampión confirmados mediante pruebas de laboratorio y 364 casos de sarampión relacionados epidemiológicamente. En 2022, la tasa nacional de incidencia de sarampión fue de 82 casos por millón de habitantes. Las tasas más altas notificadas se registraron en la región somalí, que notificó 540 casos por millón de habitantes. La falta de información, asociada a la crisis en el norte de Etiopía (Tigray), dificulta la evaluación adecuada de la situación en relación con el sarampión.

Entre los casos confirmados de sarampión, solo el 36% ha recibido una dosis o más de la vacuna contra el sarampión (MCV —measles-containing vaccine). Según las estimaciones de la OMS / el UNICEF de la cobertura nacional de inmunización, la baja inmunidad de la población (en 2021, la cobertura de la MCV1 se estimó en el 54% y la de la MCV2 en el 46%), combinada con epidemias, conflictos, desplazamientos forzados y otras crisis humanitarias simultáneas que interrumpen la vacunación infantil, son algunos de los factores de riesgo identificados para el aumento de la propagación de la enfermedad. Además, las creencias culturales, la falta de concienciación suficiente y las características de comportamiento pueden obstaculizar la búsqueda de tratamiento temprano y el uso de otras estrategias de control para la gestión de la enfermedad.

El país se enfrenta a varios problemas que podrían empeorar aún más la situación, incluidas las altas tasas de desnutrición (la evaluación nutricional de más de 15,000 niños examinados durante las actividades suplementarias de inmunización contra el sarampión mostraron que el 0,6% de los niños tenían desnutrición aguda grave y el 4,7% tenía desnutrición global aguda) y la falta de acceso a la atención médica en las zonas afectadas por conflictos, lo que aumenta el riesgo de enfermedades graves, los desplazamientos y las condiciones de hacinamiento, junto con el escaso acceso a saneamiento y una higiene y prácticas de saneamiento deficientes, que aumentan el riesgo de propagación interpersonal. Además, según las últimas predicciones del Centro de Predicciones Climatológicas y Aplicaciones de la IGAD (ICPAC) y los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN) de la región del Cuerno de África (GHA), ciertas regiones afectadas por la sequía, como SNNPR, Oromia, Somalia, Afar y SWEPR, también han informado de inundaciones, y alrededor de 1,7 millones de personas están en riesgo de inundación. De acuerdo con los planes de preparación, el riesgo de desplazamiento, la interrupción de la vacunación y el riesgo de que las personas se muden a asentamientos abarrotados aumenta el riesgo de circulación del sarampión.

Figura 1. Número total de casos de sarampión notificados por semana de aparición de los síntomas en Etiopía. 12 de agosto de 2021 – 1 de mayo de 2023

Figura 2. Woredas que han notificado brotes activos de sarampión en Etiopía entre el 12 de agosto de 2021 y el 30 de abril de 2023


Nota: Brote activo: tres o más casos de sarampión IgM+ notificados en el plazo de un mes. Brote controlado: no se notificó ningún caso nuevo en los últimos 30 días después del inicio del último caso notificado.

Epidemiología de la enfermedad

El sarampión está causado por un virus de la familia de los paramixovirus. El virus infecta las vías respiratorias y luego se propaga por todo el cuerpo. El sarampión es una enfermedad humana y no se tiene conocimiento de que afecte a los animales. Puede provocar epidemias de grandes proporciones, con una morbimortalidad significativa, especialmente entre las personas vulnerables. En los niños pequeños y desnutridos, mujeres embarazadas y personas inmunodeprimidas, incluidas las personas con VIH, cáncer o tratadas con inmunodepresores, el sarampión puede causar complicaciones graves, como infecciones en el oído, diarrea grave, ceguera, encefalitis, neumonía y muerte.

La transmisión tiene lugar principalmente de persona a persona por gotículas respiratorias en el aire que se dispersan rápidamente cuando la persona infectada tose o estornuda. También puede producirse a través del contacto directo con secreciones infectadas. No se ha demostrado la transmisión de personas inmunes expuestas asintomáticas. El virus permanece activo y contagioso en el aire o en superficies infectadas hasta dos horas. Los pacientes son infecciosos desde cuatro días antes del inicio de la erupción morbiliforme característica, hasta cuatro o cinco días después de su aparición. No hay ningún tratamiento antivírico específico para el sarampión. La mayoría de las personas se recuperan en 2-3 semanas.

Se dispone de una vacuna eficaz y segura para su prevención y control. La primera dosis de la vacuna contra el sarampión (MCV1) se administra a los nueve meses, mientras que la segunda dosis (MCV2) se administra a la edad de 15 meses. Para detener la circulación del sarampión, se requiere una cobertura de vacunación con la MCV1 y la MCV2 del 95% de la población.

En zonas con una baja cobertura de vacunación, suele haber epidemias cada dos o tres años y, por lo general, duran entre dos y tres meses. Sin embargo, su duración varía según el tamaño de la población, el hacinamiento y el estado de inmunidad de la población.

Epidemiología de la enfermedad

Measles is caused by a virus in the paramyxovirus family. The virus infects the respiratory tract, then spreads throughout the body. Measles is a human disease and is not known to occur in animals. It can lead to major epidemics with significant morbidity and mortality, especially among vulnerable people. Among young and malnourished children, pregnant women, and immunocompromised individuals, including those with HIV, cancer or treated with immunosuppressives, measles can cause serious complications, including ear infection, severe diarrhoea, blindness, encephalitis, pneumonia, and death.

Transmission is primarily person-to-person by airborne respiratory droplets that disperse rapidly when an infected person coughs or sneezes. Transmission can also occur through direct contact with infected secretions. Transmission from asymptomatic exposed immune persons has not been demonstrated. The virus remains active and contagious in the air or on infected surfaces for up to two hours. A patient is infectious from four days before the start of the characteristic morbilliform rash, to four or five days after its appearance. There is no specific antiviral treatment for measles; most people recover within 2-3 weeks.

An effective and safe vaccine is available for prevention and control. The measles-containing vaccine’s first dose (MCV1) is given at nine months, while the second dose of the measles-containing second dose (MCV2) is given at the age of 15 months. A 95% population coverage of MCV1 and MCV2 is required to stop measles circulation.

In areas with low vaccination coverage, epidemics typically occur every two to three years and usually last between two and three months. However, their duration varies according to population size, crowding, and the population’s immunity status.

Respuesta de salud pública

Se han adoptado las siguientes medidas en el país para controlar el brote:

  • Del 22 al 31 de diciembre de 2022, se llevaron a cabo actividades suplementarias de vacunación preventiva contra el sarampión en todo el país, excepto en todas las zonas afectadas por conflictos (todas las woredas en Tigray, 12 distritos en Oromia y siete en Benishangul Gumuz).
  • De un objetivo de 15 471 740, se vacunó a un total de 14 579 818 niños menores de 5 años, lo que representa una cobertura del 94,2%.
  • A partir de febrero de 2022, se lanzó una campaña de vacunación contra el sarampión para ponerse al día, dirigida a niños de 9 a 23 meses. Esta campaña se llevó a cabo en 55 woredas que son de alto riesgo o han sido afectadas por conflictos en las regiones de Amhara, Oromia, SNNPR y Somalia. La campaña se integró con la administración de suplementos de vitamina A y otras actividades de vacunación sistemática.
  • Apoyo para mejorar la gestión de casos, incluida la creación de capacidad y la adquisición de medicamentos y suministros.
  • Intensificación de las actividades de vigilancia, incluida la búsqueda activa de casos por parte de los trabajadores de salud comunitarios, análisis de las causas fundamentales e investigaciones detalladas en las woredas afectadas.
  • Intensificación de la vacunación sistemática mediante servicios periféricos.
  • Capacitación para personal de respuesta de primera línea.
  • Las actividades de participación comunitaria y comunicación de riesgos se están llevando a cabo mediante estrategias adaptadas a cada zona.

Evaluación del riesgo por la OMS

El sarampión es una enfermedad muy contagiosa que se presenta estacionalmente en zonas endémicas. Sigue siendo común en muchos países en desarrollo, especialmente en partes de África y Asia. Más del 95% de las muertes por sarampión se producen en países con bajos ingresos per cápita e infraestructuras de salud débiles. A pesar de que se dispone de una vacuna segura y eficaz, esta enfermedad sigue siendo una causa importante de muerte entre los niños pequeños en todo el mundo.

Etiopía se enfrenta a varios obstáculos en sus esfuerzos por aumentar la cobertura nacional de vacunación infantil: conflictos, movimientos de población y un inventario insuficiente de vacunas a nivel nacional. Se espera que estos obstáculos alimenten los brotes y aumenten el número de casos.

El riesgo global a escala regional se evalúa como moderado a causa de los factores siguientes:

  1. Brotes activos a partir del 1 de mayo de 2023 en 44 woredas en 8 de las 13 regiones: Afar, Amhara, Harari Oromia, SNNPR, SWEPR, Tigray y Somali.
  2. Cobertura de vacunación subóptima y baja inmunidad de la población.
  3. Sistemas de vigilancia deficientes que causan la detección tardía de los casos e investigaciones inadecuadas de los brotes, especialmente a nivel comunitario. Además, la vigilancia activa se aplica de manera incoherente, lo que probablemente da lugar a la infranotificación de casos y muertes.
  4. Escasa conciencia de salud en la comunidad afectada, lo que resulta en una promoción inadecuada de la salud y un comportamiento deficiente de búsqueda de salud.
  5. Habilidades inadecuadas de coordinación sanitaria en la atención médica integral de los casos complicados, empeorado por los problemas de derivación que conlleva la falta de transporte, especialmente para pacientes de zonas remotas.
  6. Brotes simultáneos de enfermedades (por ejemplo, cólera, tos ferina, poliovirus circulantes de origen vacunal), que limitan la capacidad y los recursos generales para responder a la transmisión del sarampión.
  7. Situaciones humanitarias complejas simultáneas de conflictos generalizados, desplazamientos y sequías graves y prolongadas.
  8. Dificultad para acceder y entregar suministros debido a la deficiente red de carreteras y la inseguridad en las partes occidentales de Oromia, Benishangul Gumuz, Tigray, Afar y Amhara.
  9. Repercusión de la pandemia de COVID-19 en el sistema de salud.

A nivel regional, el riesgo global se evaluó como moderado a causa de los factores siguientes:

  1. La grave sequía en curso en el Cuerno de África.
  2. Los constantes desplazamientos de la población.
  3. Los conflictos y la inseguridad en muchos países de la región.
  4. La débil vigilancia transfronteriza.
  5. La vulnerabilidad de los sistemas de salud dentro de la región.
  6. Los brotes en curso en los países vecinos y una cobertura de vacunación subóptima.

El riesgo a nivel mundial se ha evaluado como bajo.

Consejos de la OMS

Las principales estrategias de salud pública para reducir la carga de morbilidad y la transmisión incluyen la vacunación sistemática de los niños contra el sarampión, combinada con la intensificación periódica de las actividades de vacunación sistemática y las campañas de vacunación masiva en países con altas tasas de morbimortalidad.

No hay ningún tratamiento específico para el sarampión. La coordinación asistencial en los casos de sarampión se centra en el tratamiento de apoyo, así como en la prevención y el tratamiento de las complicaciones del sarampión y las infecciones secundarias. Dado que el sarampión es muy contagioso, es importante aislar al paciente para prevenir una mayor propagación del virus.

Deben usarse sales de rehidratación oral según sea necesario para evitar la deshidratación. Todos los niños con diagnóstico de sarampión deben recibir dos dosis de suplementos orales de vitamina A, administrados con 24 horas de diferencia, independientemente del momento en que recibieran dosis anteriores de vitamina A. Se deben administrar 50 000 unidades internacionales (UI) a lactantes de menos de 6 meses de edad, 100 000 UI a lactantes de 6 a 11 meses, y 200 000 UI a niños de 12 meses. Este tratamiento rectifica las concentraciones bajas de vitamina A en casos agudos de sarampión que se presentan incluso en niños bien nutridos y puede ayudar a prevenir el daño ocular y la ceguera. También se ha demostrado que los suplementos de vitamina A reducen el número de muertes por sarampión.

Se recomienda administrar apoyo nutricional para reducir el riesgo de desnutrición debido a la diarrea, los vómitos y la falta de apetito con los que cursa el sarampión. Se debe alentar la lactancia materna cuando sea apropiado.

En individuos no inmunizados o insuficientemente inmunizados, la vacuna contra el sarampión puede administrarse en las 72 horas posteriores a la exposición al virus del sarampión para proteger contra la enfermedad. Si posteriormente se desarrolla la enfermedad, los síntomas suelen ser menos graves y la duración de la enfermedad puede acortarse.

La OMS no recomienda ninguna restricción a los viajes o el comercio hacia o desde Etiopía.

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